La obra "Un jardín lleno de flores" está protagonizada por una docena de personas mayores de 65 años que realizan su primera aproximación al teatro.
Luego de seis años de trabajo y en el marco del taller de teatro realizado por Canela Corno en el Centro de Residentes Correntinos, surgió “Un jardín lleno de flores”. Es una obra que hoy reúne a doce personas mayores de sesenta años quienes -de forma documental- exploran la creación escénica, dando cuenta de ese modo de su propia historia.
“A partir de algunos ejercicios de escritura que realizamos en el marco de la pandemia, surgieron relatos biográficos, que cuando pudimos juntarnos, los presentamos de una manera más performática. Buscando luego construir un único relato y analizando de qué forma poder expresar ese texto en escena de una manera poética, fue apareciendo la teatralidad”, cuenta Corno.
Desde un proceso de investigación y escritura que cada uno de los protagonistas llevó adelante se fue conformando la dramaturgia de la obra que el 8 de noviembre se presenta a las 20 en Teatro Dynamo (17 y 68). “Pensando en construir una única escena, cada uno de ellos investigó de forma documental la creación escénica a partir de sus biografías y luego con sus archivos biográficos, armaron cada una de las historias que ponemos en escena. Cada uno de los intérpretes se convirtió en artesano de su propia ficción”, explica la directora, actriz y performer a cargo del grupo.
El elenco de la obra está compuesto por doce personas que en su gran mayoría nunca antes habían tenido contacto con la actuación: Antonio Bredice, Miguel Doti, Mercedes Susana García, Alicia Rene Garraffa, Marta Liliana Guardis, Susana Teresa Macchia, Luisa Amanda Paiz, Oscar Peralta, María de Santa Eduviges, Luisa Tartaglia, Ana María Viera y Emilia F. Viera.
“Somos autores y actores. Somos protagonistas de nuestra propia vida. Nos conectamos a través de nuestras emociones y sentimientos, desde la realidad y desde la imaginación. Estamos salpicados de cuentos, historias, recuerdos, deseos, canciones y bailes. Volvemos a sorprendernos con las emociones que el tiempo tapó y las amplificamos para convertirlas en expresión. Pensamos que no hay tiempo perdido para vivir y volver a vivirnos. Somos flores perfumadas a nuestra manera y por eso seguiremos haciendo de las nuestras porque la edad no nos importa”, dicen “los viejis de Canela” en su manifiesto.
“La obra cuenta parte de la biografía de cada uno de ellos, quienes exponen sus historias, la relación con sus abuelos, sus proyectos, deseos, miedos y obsesiones de una forma muy poética que terminó generando teatralidades muy interesantes”, cuenta Corno y explica que “hay recuerdos y algunas historias, por ejemplo, que hoy están en la obra y que ellos no se acordaban que recordaban, recuerdos que aparecieron contando e investigando su propia vida, reconstruyendo su propia memoria”.
La directora explica que, al principio cada uno de ellos se ajustaba a la realidad y querían ser lo más precisos posibles, luego con mucho entrenamiento y trabajo, empezaron a comprender que "la memoria hace de las suyas y que el recuerdo nunca es la realidad pura”.
“Juntos fuimos buscando los puntos en común para que los recortes de esas historias, vayan construyendo una única escena y entre todos puedan generar un relato que no sea único. De ese modo fuimos encontrando la manera de contar quiénes somos y cómo llegamos hasta acá. Para eso fue necesario comprender que no son personajes, que son ellos mismos, en escena, contando sus historias”, relata a Cacoldephia.
Un jardín lleno de flores cuenta con música original de Guido Dalpone, diseño de iluminación de Agustina Palermo, asesoramiento en vestuario de Aldana Dante, producción de Ignacio Pereyra, asistencia de dirección de Érica Basaldella y dramaturgia y dirección de Canela Corno. Tendrá una nueva función el miércoles 8 también a las 20 en la misma sala. Las entradas se pueden reservar por Alternativa Teatral.
Escuchá/Descargá la entrevista completa
