Con el objetivo de donarlos a comedores y compostarlos, la iniciativa del Mercado Central también tiene un impacto ambiental positivo porque evita la acumulación de residuos, además de generar nuevos puestos de trabajo.
“Se está desarrollando un programa que tiene una serie de etapas, una primera en el área transaccional, donde los operadores entregan alimentos que por algún motivo tienen que salir del circuito comercial, se entrega aquello que no se va a consumir y antes se tiraba”, destaca Cora Gornitzky, periodista del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El Mercado Central de Buenos Aires creó el Programa de Reducción de Pérdidas y Desperdicios y Valorización de Residuos para disponer de alimentos que salen del circuito de venta pero están aptos para consumo, que antes se desperdiciaban y ahora se destinan a comedores populares y organizaciones sociales.
Al aire de Los Mundos Posibles, Gornitzky amplía: “Antes era basura, ahora lo que hay es una separación en origen y lo que descubren es que no pueden llegar al mercado pero sí a los comedores infantiles porque están en perfectas condiciones, para eso previamente se realiza un protocolo sanitario y normativo para acción comunitaria”.
El programa también tiene un impacto ambiental positivo porque evita la generación de residuos y también un efecto en lo social por la generación de empleo genuino. Su inicio fue en noviembre de 2020.
Sobre el proceso de selección de los alimentos, describe que “hay un parte que no sirve, que no está condiciones y la otra parte que se recupera tiene un repaso de la selección para garantizar la calidad, una serie de supervisiones, se entrega a comedores para su consumo inmediato”.
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