Tras 50 años de no saber el paradero del material, se encontraron más de 150 libros del escritor paraguayo. Fueron hallados al costado de una ruta argentina y restituidos a su país de origen.
Los hijos del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos presentaron este año una serie de libros que pertenecían a su padre y habían sido encontrados por una familia en una ruta hacia Chapadmalal. Entregaron, con el apoyo de la embajada paraguaya, 176 obras a la casa de la literatura que lleva su nombre y se ubica en Asunción. Muchos libros cuentan con anotaciones, dedicatorias, fotos y otras marcas del autor.
"Es restituir parte de la historia del pueblo paraguayo y también de Latinoamérica. Porque esta novela (Yo, el Supremo), como otros escritos y su militancia a través del periodismo, la escritura, el cine y de la música, hablan de una época de nuestro continente” explicó Paula Ponce, columnista literaria de Una amiga imaginaria.
Roa Bastos es uno de los máximos exponentes de la literatura paraguaya. Se exilió de la dictadura de su país de origen en Buenos Aires durante 1965 y 1976, hasta que debió nuevamente exiliarse en Francia debido a la última dictadura cívico eclesiástica militar de nuestro país. “Hay como una frase, que él dijo en algún reportaje, que es que sus exilios los cuenta por las bibliotecas perdidas”, contó Celina Brittez, quien encontró el lote de libros y se contactó con la embajada del país vecino.
"Roa Bastos cuenta sus exilios por las bibliotecas perdidas”
Los ejemplares pertenecían a la biblioteca personal del escritor, la cual había quedado en su casa de Buenos Aires y había sido vendida para saldar una deuda que el autor tenía con una editorial. “Parece una historia escrita por el mismo Roa Bastos. Es demasiado novelesco porque pasaron casi 50 años, es mucho tiempo”, contó Mirta Roa, hija del autor, quien destacó la importancia que tiene este hallazgo para el estudio de su literatura. “Los libros se encontraron con todos los papelitos y señales que mi padre le había puesto, porque son libros sobre el doctor Gaspar Rodríguez de Francia en quien se inspiró él para escribir la gran novela ´Yo, el Supremo´. De modo de que es un hallazgo para los críticos es muy interesante porque está marcada todas las partes que a él le interesaban para construir su novela”, detalló.
Los libros fueron encontrados en 2019, pero no fue hasta 2020 que la familia Brittez comprendió qué era aquello que habían encontrado en un conteiner. “Entendimos que se trataba de algo super valioso a nivel patrimonial y nuestra función era protegerlo y devolverlo”, detalló Celina.
El autor es recordado también por su militancia en materia de justicia social y derechos humanos, lo cual ha atravesado toda su obra y puede verse reflejado en la carta que le escribió a su hija Celina cuando tenía 10 años y ella compartió en el aire de Una amiga imaginaria:
"Me alegra y me enorgullece que uno de los motivos que te decidieron a quedarte fuera tu espontáneo deseo de aprender y vivir las cosas de nuestra querida patria, ella se merece todo nuestro cariño y toda la devoción de nuestra alma. Pon todo tu empeño en quererla y comprenderla. En querer a nuestra gente y en identificarte con ella, en comprender el sentido de nuestra historia y en tener fe y esperanza en su porvenir. Nuestro pueblo es valiente y humilde, ha sufrido mucho y sigue sufriendo grandes infortunios. Pero el dolor purifica a la gente y la hace más buena y valiosa. Te pido sobre todo que te acerques y comprendas y quieras a la gente más humilde y sencilla, ella es la mejor. Con respecto a ti misma, mi hijita querida, te pido que procures perfeccionarte día a día, no solo en tus conocimientos, en tu voluntad de aprender, sino también en tu manera de ser, en tu comportamiento, en tu conducta. Trata de ser humilde y servicial con los demás. El orgullo y el egoísmo, son los defectos que más afean a la gente"
