El trabajo releva la situación de comedores, merenderos y ollas populares del Gran La Plata, en el marco de un proyecto del Consejo Social. Varios cerraron por falta de recursos del Estado y el recorte de programas como Potenciar Trabajo agravan el cuadro.
“El principal problema y cambio que se da es una limitación de los recursos, tanto financieros como alimenticios, de parte del Estado Nacional en el contexto actual de crisis que se ve en empleos y acceso a recursos de los sectores vulnerables”, describe Luis Adriani, investigador y docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación e integrante del Consejo Social de la UNLP.
Estos estudios se llevan a cabo anualmente sobre una muestra de 70 centros populares de alimentación en la Plata y Berisso, de un total de más de 500 relevados por la UNLP en la capital bonaerense.
Sobre la metodología de investigación para realizar en informe, en comunicación con Los Mundos Posibles, explica que “dada la urgencia que plantearon las organizaciones a principios de año por la crisis que sufrían desde la asunción del gobierno nacional, tomamos la muestra que hicimos en 2022, trabajamos sobre un universo de 524 sitios de distribución de alimentos”.
“La lógica de esa muestra era que estén representados todos los barrios, todas las localidades y organizaciones vinculadas al Consejo Social de la universidad. Cuando este año retomamos esa muestra solo 45 de 74 comedores continuaban abiertos”, subraya.
En ese sentido señala que “por un lado porque ya no recibían alimentos y quienes trabajaban allí, en parte de los aportes del Potenciar Trabajo, al no recibirlos o disminuir fuertemente la prestación, esas personas tuvieron que dedicarse a actividades que les permitieran complementar o subsistir con los ingresos”.
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