Florencia Schnack es una de las autoras del proyecto Centro Cultural Kirchner. La arquitecta formó parte del estudio Bares-Schnack y Asociados que ideó el proyecto de remodelación.
“Cuando se da la instancia de concurso público es muy interesante, hay muchas personas pensando la misma problemática. En este caso era un desafío difícil, existe un gran tema de qué pasa con los edificios existentes porque las funciones y los usos varían mucho más que la estructuras”, dice Florencia Schnack, arquitecta, una de las autoras del proyecto del CCK.
El trabajo de diseño involucró a un grupo de 100 personas, un equipo de arquitectura, asesoría acústica, termo mecánica, iluminación y restauración, con reuniones que se llevaban a cabo todas las semanas, con diversas etapas de resolución.
Sobre las posibilidades que tenían de innovar una estructura de tantos años, en conversación con Los Mundos Posibles, recuerda que “era bastante complejo, porque había sectores del edificio que no podían modificarse, la fachada, de condiciones bastante complejas”, y ejemplifica que “la orquesta sinfónica no tenía sala, necesitaba una con lugar para 2 mil personas, un espacio de gastronomía, es un puerto cultural”.
“Era muy ambicioso, pero interesante, incorporar un programa cultural en una zona que tenía una carácter distinto y en una ciudad densa, muy interesante como decisión política”, resalta la entrevistada.
Cabe recordar que el Gobierno Nacional decidió cambiar el nombre del emblemático edificio, desde principio de mes se llama "Palacio Libertad". El lugar es el centro cultural más grande de América Latina y el cuarto a nivel global, con nueve pisos de oferta cultural.
Por último, Schnack revela que el proyecto “estaba planificado para inaugurarse en 2010, su nombre original iba a ser Centro Cultural del Bicentenario, pero finalmente fue en 2015”.
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