Desde la Red Argentina de Investigadoras e Investigadores de Salud aseguran que el Estado "podría trabajar más intensamente en todas las estrategias de prevención y dejar en claro que sin mosquito no hay dengue".
“Es muy preocupante, es el peor brote de dengue de la historia de nuestro país, además tenemos un índice de letalidad mayor a lo que recomienda la Organización Panamericana de la Salud”, sostiene Alejandra Gaiano, infectóloga pediatra, parte de la Red Argentina de Investigadoras e Investigadores de Salud.
Actualmente el país tiene más de 180 mil casos confirmados según el último boletín epidemiológico nacional, con 129 fallecidos, de los cuales 11 son menores de 15 años, y un signo alarmante que se desprende de los datos el que el 60% de las victimas mortales no tenían ninguna comorbilidad previa.
“Esto tiene que ver con dificultades para el acceso a salud, consultas tardías, a veces las guardias pueden estar desbordadas, y por eso es que quizá los médicos tienen un bajo nivel de alarma con respecto a la gravedad de los pacientes. También puede pasar que algunos hayan tenido dengue de forma asintomática en otras temporadas y ahora expresan una forma grave”, explica Gaiano en Los Mundos Posibles.
“Se podría trabajar más intensamente en todas las estrategias de prevención del dengue desde lo comunicacional, también en el boca a boca. Y dejar en claro que sin moquistos no hay dengue”, remarca la especialista.
En Argentina la vacuna Qdenga, de laboratorio Takeda, está aprobada por el ANMAT desde el año pasado, también por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Se aplica con dos dosis con tres meses de diferencia.
A modo de cierre, Gaiano expresa que “se bajó la guardia con el dengue, no es solo en Argentina, es algo que está pasando en Latinoamérica, pero acá los números de caso son los más altos”, y aclara que “la vacuna es una herramienta más, porque el control del dengue pasa más controlar el mosquito”.
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