Inicio Categorías Cultura “El Altillo del Sur” cumple 40 años dejando huella en el teatro platense

“El Altillo del Sur” cumple 40 años dejando huella en el teatro platense

En el marco de este aniversario, la sala fundada por César Palumbo, anuncia una temporada muy especial que incluye un ciclo de micromonólogos y obras para todas las edades.

El Altillo del Sur, una de las salas de teatro independiente más importantes de la ciudad, cumple cuarenta años de historia. Fundada por César Palumbo, el espacio ubicado en 1 casi esquina 67, nació con el objetivo de darle forma a un espacio para la creación, la formación y la presentación de obras artísticas.

“En realidad la historia nace en el 1974. Ese año empecé con mis talleres de teatro, luego de haber estudiado en Bellas Artes, donde tuve muy buenos maestros y buenos compañeros que me ayudaron mucho. Un tiempo antes de comenzar con esos encuentros, viajé a Chile, donde tuve la suerte de realizar un curso de maestro de teatros, que ellos llamaban ´El monitor teatral´. Cuando la cosa comenzó a olfatearse mal, regresé al país y empecé a dar talleres de teatro para chicos. Ahí comenzó mi actividad teatral como docente, ya que como actor había comenzado un tiempo antes con mi amigo Lito Cruz y Federico Luppi”, recuerda el dramaturgo, director, fundador y director de la sala teatral que dirige junto a su compañera y socia Malena Cadelli.

“Esos talleres al comienzo los dimos en diferentes lugares, estuvimos en IOMA, en el Colegio de Arquitectos, en el Sindicato de Empleados del Hipódromo, hasta que en el año ´84, mi amigo Luis Segalerba, me invitó a armar una escuela de teatro para los empleados del Banco Provincia. En marzo de aquel año, entonces, arrancamos con Guillermo Pilía, gran escritor y poeta, que hoy es el presidente de la sala y Marcelo Vernet, escritor y también poeta. Yo comencé dando teatro y ellos un taller literario”, detalla en diálogo con Cacodelphia.

A través de ese acuerdo con el Banco Provincia, comenzó en su Club en City Bell y en su Biblioteca (10 entre 47 y 48) un ciclo de teatro y de talleres coordinado por Palumbo y que tenía como padrinos a Erica Walner y Oscar Ferreiro. “Allí estuvimos más de veinte años, en algún momento, trabajamos de manera simultánea con el local de 67, que lo abrimos en el año 2002. Por eso siempre agradezco y recuerdo el enorme apoyo que nos brindó el Banco en esos comienzos, donde éramos jóvenes y no teníamos el reconocimiento que tenemos hoy, sobre todo Guillermo y Marcelo”, explica el director de la sala que ha sido testigo de innumerables espectáculos.

“Estando en el Colegio de Arquitectos, presenté el proyecto para representar ´El Principito´ con el grupo de chicos que formaba parte del taller. Recuerdo, entonces, que cuando lo fuimos a difundir, el secretario de redacción del diario El Día, nos dijo que no lo podía publicar, porque esa obra estaba prohibida. Todavía conservo el original de ese trabajo que nunca pudimos presentar para el público. Claro, se trata de un texto que habla de libertades que entonces, estaban prohibidas”, rememora.

Luego de aquella censura y ya en democracia hicimos obras de Roberto Arlt y nos fuimos animando a presentar mucho de Roberto "Tito" Cossa. Hoy el espacio teatral lleva el nombre de quien es considerado uno de los dramaturgos más importantes de la historia del teatro argentino”, agrega.

En 1997, César Palumbo junto con Malena Cadelli, quien se había sumando al proyecto unos años antes, realizaban un programa de televisión que se emitía a través del canal del diario centenario de la ciudad. “En ese marco lo entrevistamos a Roberto Cossa y allí se nos ocurrió decirle de ponerle su nombre al espacio que ocupábamos en el banco, como una manera de proteger aquel proyecto que ante cada nueva Comisión Directiva parecía tambalear”, cuenta Palumbo. “El Club, entonces, celebró la iniciativa y el día de la inauguración estuvo el presidente y otras autoridades y de ese modo logramos sostener un tiempo más el proyecto. Luego cuando ya abrimos nuestra propia sala, también la llamamos Tito Cossa”, agrega.

En ese espacio, donde hace cuatro décadas confluye la creatividad, la formación, la investigación y el impulso del quehacer teatral, cuenta además con una librería/biblioteca, La Libroteca, “una librería de libros muy pequeña que ya tiene 25 años y sin embargo son muchos que aún hoy la siguen descubriendo".

“El mérito de estos cuarenta años es de todos aquellos que pasaron y pasan por la sala, gente que ya no nos acompaña en esta vida, compañeros que están trabajando en Buenos Aires, otros que son profesionales del teatro, la literatura, la pintura, esa gente es la que construyó las cuatro décadas del altillo, no solo dos personas”

El teatro, entiende Palumbo, tiene una función social educativa muy importante, por eso la docencia ha sido desde siempre esencial para el proyecto. “Desde siempre nos hemos dedicado a los talleres, sobre todo de niños y jóvenes. Siempre en estos años hemos mantenido el espacio que ´El niño del teatro´ y ´Teatro de niños no tan niños´. Es para nosotros muy importante trabajar con los chicos y creemos que es indispensable que el teatro esté dentro de las escuelas porque le da la posibilidad al niño de tener un respiro”, afirma.

“En ese sentido, nuestro secreto es la metodología del taller, de ese modo hacemos muchas obras ya que la docencia que implementamos, es la metodología del hacer, prueba y error. Creemos realmente que el espacio vacío se llena con actuación, con actores, con diálogos y textos buenos”, señala.

40 monólogos

Las cuatro décadas del espacio serán celebradas a lo largo de todo el año a partir de un ciclo de micromonólogos que estarán a cargo de alumnos de los talleres de teatro del espacio. “En el marco de la obra ´Sobre el daño que causa el tabaco´, de Chejov, realizamos los dos primeros de ´La casa de Bernarda Alba´, luego presentamos ´Desventuras´ y ´Las malas palabras´. La semana que viene vamos a reponer ´El canto del cisne´, otra obra de Chejov y ahí haremos un monologo de ‘Tute Cabrero’ y así hasta completar los cuarenta”, anticipa.

Además, Palumbo confirmó que presentarán “Hughie” de Eugene O’Neill “una obra que Lito Cruz hacía siempre con Rubén Stella", muy linda obra y muy difícil” y “Bodas de Sangre” de Federico García Lorca. “Lorca es una de las pasiones del grupo”, dice. Asimismo repondrán clásicos del espacio como el ciclo de Los juicios, “Desventuras de la vida cotidiana”, “La duda” y “Todos somos responsables”, además del infantil “Una Plaza y mil historias”, que tiene más de veinte años. “Si fuéramos músicos podríamos decir que nuestro yeite son estas producciones que cada tanto reponemos mientras ensayamos otras obras”, explicó.

Omar Sánchez

Recientemente, el mundo artístico de la ciudad se vio conmovido por la muerte de Omar Sánchez, reconocido actor, director y docente de Teatro. “La verdad que nos conmocionó a todos, porque es una pérdida importantísima para el teatro de la ciudad y de la provincia”, explica Palumbo.

En su extensa carrera docente, Sánchez ocupó roles como profesor, director y vicedirector en la Escuela de Teatro de La Plata, coordinador del taller «Nuevo Mundo» de la Universidad Nacional de La Plata, y fue co-creador del espacio La Rosa de Cobre. Además, impartió cursos y talleres en diversas instituciones.

“Fue fundador del grupo ´Malajunta´, ´La rosa de cobre´ y lo he visto en trabajos magníficos. Omar fue además una gran persona, con quien nos respetamos y nos queríamos mucho”, lo recuerda Palumbo.

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