La película de Joaquin Lucesoli registra el trabajo diario de una familia de agricultores, que transitan las vicisitudes de la cosecha con un compromiso claro: producir alimentos saludables para la comunidad.
“Se trata de una exploración de un ambiente que no es tan familiar, está en nuestra mesa todos los días, las verduras llegan, las compramos, pero quizás el lugar donde se produce no lo tenemos tan a mano, no estamos tan habituados para entender cómo funciona, y el documental tiene esa función o esa intención", destaca Joaquín Lucesoli, director de Vivir la tierra.
En conversación con Los Mundos Posibles, el cineasta remarca que "lo más interesante es acercarse un poco a la mirada de Javier, en su rol de productor agroecológico, cómo siente su laburo, el trabajo intenta hacer eso", y agrega que también "se cuenta la labor que hacen técnicos diseñadores, industriales y gente que está pensando en cómo hacer para que el laburo de estas personas que producen y trabajan los 365 días del año sea un poco más humano, más amable para el cuerpo porque es un trabajo muy físico".
Sobre la historia de Javier y porqué la elección para contar su experiencia, Lucesoli destaca que “la sensibilidad de las personas que trabajan la tierra diariamente y con principios de agroecología, trabajar con principios de la naturaleza, realmente logran una sensibilidad muy grande y creo que lo que tiene el protagonista no es solamente eso sino el don de transmitirla”.
Ubicada en El Pato, Berazategui, la quinta de Javier forma parte del mayor cinturón hortícola de Argentina. A pesar de las dificultades para acceder a la tierra y la tecnología, este territorio es también el escenario donde miles de familias eligen una vida en convivencia con la naturaleza.
