Inicio Categorías Sociedad Caso Marcos Bazán: "A la intervención del perro se le dio un estatus científico que no tenía"

Caso Marcos Bazán: "A la intervención del perro se le dio un estatus científico que no tenía"

En el segundo juicio por el femicidio de Anahí Benitez, se revisó la participación de los dos acusados. Bazán fue absuelto y Villalba condenado a perpetua. El abogado Fernando Gauna Alsina reflexiona sobre el caso.

Bruno, el perro de la División Canes del municipio de Escobar, clave en la investigación por el crimen de Anahí.

El 16 de mayo pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de Lomas de Zamora absolvió finalmente a Marcos Bazán, a quien desde hacía seis años se le atribuía un delito que no cometió: el femicidio de Anahí Benítez. El veredicto, que a la vez incluye la condena de Marcelo Villalba, uno de los verdaderos responsables del crimen, es el desenlace de una larga disputa que trascendió los estrados judiciales


Hay que tomar el caso Bazán como un punto de partida, por ahora en este desenlace es bastante auspicioso, que nos sirva para reflexionar sobre otros que están en trámite o no han sido descubierto. Cuando solemos tomar este tipo de casos pensamos y lo atribuimos a responsabilidades individuales”, considera Fernando Gauna Alsina, Director ejecutivo de la Asociación Pensamiento Penal.


En charla con Los Mundos Posibles, sostiene que “independientemente de eso, sin quitarle mérito a las responsabilidades individuales que provocan estos casos, tenemos que caer en cuenta es que hay prácticas muy establecidas en la cultura judicial que terminan contribuyendo o profundizando los daños de lo que conocemos como ‘condenas erradas’, de personas inocentes”.

Una práctica muy mala en el ámbito judicial tiene que ver con resistir decisiones que pueden poner fin al proceso o devenir en la libertad de alguna de las personas acusadas. En el caso de Bazán, cuando Casación revisa la condena de primera instancia, que lo condenó (a perpetua), instó al tribunal que evaluara su libertad y había que reestablecer otro juicio para saber si era verdaderamente culpable o inocente del hecho que se lo imputaba”, reflexiona.

La evidencia preponderante de la acusación fue la intervención de un perro, que supuestamente encontró –en rigor olió– rastros de Anahí en la casa de Marcos. Los jueces del primer debate consideraron que esta actividad no había sido otra cosa que una “pericia”, que por ende tenía estatus científico y que las conclusiones obtenidas fueron “lapidarias” para su inocencia. Lo condenaron a prisión perpetua.

"El can Bruno supuestamente encontró rastros de Anahí en su casa, la centralidad la tuvo eso. El segundo juicio acreditó que en la actividad del perro no hay un consenso científico respecto a los alcances o el peso probatorio que olió. Se le dio un estatus científico que no tenía", asegura.

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