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Ángela Irene regresó a los escenarios   

Después de permanecer más de dos años alejada de las presentaciones en vivo, la cantora pampeana estuvo el sábado en el Espacio Tucumán.  

Me hacía falta cantar, me hacía falta los abrazos y el encuentro con la gente”, dijo la cantora en Cacodelphia. “Porque hace mucho tiempo que no canto y ha sido muy duro para mí estar dos años guardada en un departamento en un octavo piso mirando pasar los autos por la avenida”,  expresó en el aire de Radio Futura.    

Acompañada por Manu Navarro, en guitarra y coros, y Leo Garzón, en percusión y coros, la intérprete nacida en General Pico (La Pampa) eligió para su regreso el Espacio Tucumán porque, según manifestó, “me ha permitido cobrar las entradas al precio que quiero y donde además se pueden comer una empanada tucumana a buen precio. Hemos buscado todas esas condiciones para cuidar al púbico y que todos podamos compartir y disfrutar, que para eso se hizo la música”.  En la noche de su regreso la cantora realizó un recorrido por los clásicos de ese repertorio que fue construyendo a lo largo de 50 años de vida artística.  

Cronología de una carrera musical

Ángela Irene comenzó su vida musical a los pocos años de edad en una banda de jazz que necesitaba a una cantora que interpretara los temas beat, es decir las canciones de los Beatles y también aquellas que se escuchaban en el festival de la canción de San Remo, el festival de la canción más famoso de Italia. “Donde no todo era la canción romántica, sino que también había allí había mucha música testimonial”, dijo. Luego de aquel comienzo, al escuchar las letras que daban cuenta del nuevo cancionero, “me dieron vuelta la cabeza y ahí me puse a cantar folklore”. Cantando folklore, entonces, en el Club Ferrocarril Oeste de La Pampa la escucho Mercedes Sosa y la invito a viajar a Buenos Aires.   

Tuve entonces la suerte de llegar y encontrarme, justo antes de la última dictadura militar, con todos los grandes, con todos esos a los que admiraba profundamente, y que pude tratar y conocer en el living de Mercedes”, rememoró. En 1977, poco tiempo después de su llegada a la Capital, Ángela Irene ganó el Festival Nacional de la Canción de Cosquín, logrando sumar el veredicto del Jurado Técnico y el Popular, con el tema “Cruz de Quebracho” una zamba de Francisco Amado Berra y Miguel Ángel Gutiérrez. “Eso significó salir de gira por todos los festivales del país y me permitió, además, grabar mi primer disco, de la mano de Ariel Ramírez, quien me conocía del living de Mercedes, pero que nunca antes me había dado ni cinco de bolilla, porque yo era la chiquita que cantaba. Recién cuando gané el festival me invitó a grabar”, expresó.  

En 1979, con el padrinazgo de Domingo Cura y Ariel Ramírez, la cantora, grabó su primer álbum denominado Ariel Ramírez presenta a Ángela Irene, con el que va a subir a los principales escenarios del país. “Si bien fue Mercedes quien me trajo a Buenos Aires, fue Ariel quien me abrió todas las puertas de todos los escenarios del país y del exterior” contó y agregó: “Con Ariel Ramírez compartí la música durante veinte años y tuve con él una relación maravillosa, lo mismo que con Domingo Cura, que fue como mi papá en Buenos Aires y fue la persona más luminosa y tierna que conocí en mi vida”.  

De ese trabajo, con el pianista Ariel Ramírez se destacan las versiones del chamamé “Santafesino de veras” y la zamba “Volveré siempre a San Juan”, ambas de Ariel Ramírez, que Ángela Irene convirtió en clásico. “Creo que esas canciones nunca me van a permitir que las deje de cantar”, dijo entre risas.    

En 1982, un año atravesado por la guerra de Malvinas, la artista pampeana, grabó La Cantora de Yala, su segundo trabajo de estudio, un disco editado hace 40 años y del cual participaron “los músicos más grandes de nuestro país”. Publicado por PolyGram discos, a ese trabajo, la cantora lo considera “el logro más grande” de su carrera.  

En 1993 grabó su tercer disco de estudio que simplemente llevo su nombre y en el año 2008 Soy, un álbum con 18 canciones que contó con la participación de muchos músicos invitados. “Fue ese un disco que hice junto a un montón de amigos que tocaron de onda y con quienes armamos un trabajo maravilloso”, dijo entonces la artista.   

Luego de esos trabajos, Ángela Irene, volvió a entrar a un estudio de grabación para grabar en el disco Agua y laurel de la cantante madrileña Olga Román y su voz apareció también interpretando “Cristantemo” en Raíz Spinetta, el álbum triple en el que Mauro Torres y Néstor Díaz se propusieron reunir 53 canciones de Luis Alberto Spinetta. “Para ese disco, del cual soy la madrina, elegí la canción que habla de los chicos desaparecidos del Colegio Carlos Pellegrini de Buenos Aires”, contó la intérprete que ya tiene terminado un nuevo disco que será presentado en algún momento, según manifestó.   

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