Carta

por Patricia del Carmen Silva Salcedo

Querida abuela:

Espero te encuentres bien, hoy fue uno de esos días en los que solo quieres sentarte a pensar cómo va todo en la vida. Después de la pandemia creo que nos ha dado un giro inesperado a todos, pero también siento en particular que fue tiempo en el que todos debíamos de estar en casa obligados por cuarentena, y pienso que ese tiempo fue necesario para cada uno. En ese tiempo valoré mucho lo que es mi casa y lo importante que es. Muy aparte de ser paredes con cemento, yo lo veo más como un refugio, un lugar que me genera seguridad y pensándolo así, cada una tiene una historia y energía, donde compartimos emociones en los que creamos recuerdos que siempre permanecen ahí. También siento que cada rincón lleva huellas de experiencias, es donde creamos recuerdos y que cada cosa que se encuentre en ella tiene un significado especial. ¿Te acuerdas la vez que me mudé y viniste a preparar tu postre favorito para celebrar? Ahora, cada vez que entro a la cocina o preparo alguna de tus recetas, pienso en ti. Y es que pasamos tantas cosas juntas en mi casa que cada parte la relaciono contigo. Muy aparte que la casa sea un lugar, también lo eres tú, y aunque suene extraño, creo que se debe a que “me siento como en casa” contigo, y es porque eres un lugar seguro, eres la persona que siempre recurro ante cualquier cosa y así como la casa tiene momentos y experiencias, contigo también lo tengo. Mientras te escribo esto me siento tan agradecida por mí, por ti y por todas las personas que su compañía hacen que mi casa se sienta como un hogar verdadero y lo que importa de ella es el amor y conexión que contiene. Incluso haya pasado un año desde que acabó la pandemia, sigo pensando en todo lo que conlleva y como nos hizo valorar muchas cosas, fue un momento duro de reflexión, pero a la vez necesario, antes no le daba tanta importancia a lo que se encontraba a mi alrededor o lo que se encontraba en ella, ahora es algo que lo considero valioso y fruto de mis esfuerzos y la perseverancia. Mi casa, tu casa y la de todos es como un lienzo en blanco, que a mediados qué pasa el tiempo hacemos arte con ella, pintando nuestras experiencias y recuerdos con una tinta que nunca se borra, plasmándolo para siempre o como un libro abierto de nuestras vidas, llenos de capítulos que incluye tristeza, alegría, enojo, entre muchas más cosas, y así hasta que seamos viejos. Tú sabes que siempre paro pensando sobre muchas cosas y esta vez pensé también en ti y quise escribirte una carta, estoy agradecida de tenerte y que formes parte de mi hogar.

Con cariño

Paty

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