A través de su libro "La historia de una reunión secreta. Manal", el periodista Claudio Kleiman cuenta el día en que el trío original brindó un recital íntimo en octubre de 2014, luego de 32 años de no presentarse en vivo. Destaca que, a través de las letras de Martínez, “la poética del grupo dejó también una huella muy profunda”.
Este sábado 4 de mayo falleció el músico Javier Martínez, fundador de Manal, a sus 78 años. Había sido internado en terapia intensiva luego de haber sufrido una caída en su casa. Ese mismo día iba a presentarse "La historia de una reunión secreta. Manal", de Claudio Kleiman, en la Feria Internacional del Lbro, evento que fue suspendido al conocerse la noticia. Martínez fue referente del rock nacional y del blues en nuestro país.
Kleiman es periodista, músico y compositor, conductor y presentador radial, con una extensa trayectoria ligada al rock y a la música popular. Fue uno de los fundadores de la mítica revista Expreso Imaginario y colaboró con los principales diarios y revistas vinculados a la música como Pan Caliente, Cerdos & Peces, Cantarock y Rolling Stones, entre otros. En 2018 editó “Era hora”, su primer álbum solista. Hoy conduce y musicaliza con el periodista Alfredo Rosso el programa Truco Gallo por Radio UBA y participa de Otra historia por Radio Nacional. "La historia de una reunión secreta. Manal" (2022 – Ediciones Disconario) es su primer libro.
El 1° de octubre de 2014, Manal, la mítica banda de rock nacida en los años ’60 en Argentina, luego de 32 años sin presentarse en vivo, volvió a tocar con su formación original. A instancias de Jorge “Corcho” Rodríguez, Claudio Gabis, Javier Martínez y Alejandro Medina, se reunieron para la inauguración de Red House -sala de conciertos de La Roca Industrial- en absoluto hermetismo. “La reunión fue secreta, a puertas cerradas y para unos pocos invitados que no sabíamos con que nos íbamos a encontrar”, cuenta Claudio Kleiman, uno de los pocos que estuvo ahí, sin saber que se iba a reencontrar con los Manal tocando en vivo. “Yo me enteré a través de Claudio Gabis, que es uno de mis grandes amigos, quien a pesar de que una de las condiciones que había, era que no iba a ver periodistas en la reunión, me invito como amigo, por eso tuve el privilegio de estar ahí, aunque nunca supe que iba a ver”, repasa sobre ese encuentro que tuvo una trama secreta casi como de novela policial.
Un par de años después de ese encuentro, cuando se estaba preparando una edición especial y numerada de ese concierto, que también incluiría un libro de fotos, un CD y DVD, Jorge “Corcho” Rodríguez, convocó a Kleiman, para que escribiera unas líneas de introducción a esa edición especial que, a excepción del registro audiovisual, nunca salió. “Fue entonces que entrevisté a los tres integrantes de Manal, buscando alguna frase que forme parte de ese texto introductorio que me habían pedido. A partir de la relación de amistad que me une con todos ellos, esas entrevistas fueron riquísimas y excedieron largamente el tema de extraer un par de frases para ese texto introductorio. Así fue que arme un relato coral de ese regreso, con los testimonios de Alejandro Medina, Claudio Gabis y Javier Martínez, más la palabra de Jorge Rodríguez, que había sido el productor y el mecenas de esa reunión y Adrián Taberna, que fue el encargado de registrar los ensayos, el concierto y el responsable también de mezclar el trabajo en los estudios Electric Lady, que Jimi Hendrix fundó en Nueva York, y que le dio un carácter más que simbólico a todo el asunto”, repasa el músico y periodista.
“De ese modo surgió un texto muy rico, que finalmente quedó en el camino, como la reunión que sí iba a ser para el público en el Gran Rex. Todo ese texto quedó entonces archivado y en el marco de la pandemia, revisando ese laburo, me di cuenta que el tiempo no lo había desactualizado, sino que le daba más valor. Entonces, me puse en contacto con Miguel Dente, responsable de Ediciones Disconario, una editorial muy importante de libros de rock, a quien le intereso el proyecto y de ese modo le terminamos de dar forma a este trabajo”, detalla.
Ocho años después de aquella reunión histórica, Claudio Kleiman publicó el libro “La historia de la reunión secreta” en el que cuenta los pormenores de ese encuentro. Cuenta con el prólogo de Gustavo “Chizzo” Nápoli, cantante, guitarrista y líder de La Renga. “El testimonio de Chizzo tiene un doble valor para mí, por un lado, porque fue el único invitado a la reunión y tocó un tema con ellos y porque La Renga, es uno de los grupos que han abierto la música de Manal para otras generaciones”, explica.
Manal en colores
En los años ’60, escribe Kleiman, los grupos de rock comenzaban a multiplicarse, conviviendo con el tango de vanguardia, la bossa nova, el jazz, el café concert, las nuevas expresiones del folklore, más los experimentos en el teatro y las artes plásticas nucleados principalmente alrededor del Payró y el Instituto Di Tella. En ese marco nació “Manal”, grupo que en 1969 editó su primer simple “Qué pena me das” y “Para ser un hombre más”. Ese año luego de una serie de recitales que incluyo el festival organizado por la revista Pinap, considerado el primer concierto masivo de rock al aire libre, editan el segundo simple “No pibe” y “Necesito un amor”. En 1970 Manal publicó su primer álbum, titulado simplemente con el nombre del grupo que incluyo temas que se han convertido en clásicos, como “Avellaneda blues”, “Jugo de tomate frio” y “Una casa con diez pinos”. Ese mismo año participan de la primera edición de B.A.Rock, registran su segundo trabajo “El león” y se disuelve la banda. En 1980 regresan a los escenarios, realizan cuatro conciertos en Obras Sanitarias y editan el álbum “Reunión”. En 1981 apareció “Manal en vivo”, con los registros de los conciertos en Obras y el trío vuelve a disolverse. En 1995 volvieron a juntarse sin Claudio Gabis y ese encuentro quedó registrado en el CD en vivo, Manal en The Roxy. Treinta cuatro años después, el productor, músico y empresario Jorge Rodríguez, los reunió en Red House.
“Ese día recibieron un trato muy respetuoso, al cual ellos nunca estuvieron acostumbrados, porque pagaron el precio de ser los pioneros y porque la plata y el Star-system en el rock no existía cuando ellos empezaron, el negocio del espectáculo y la plata importante vino desde Soda Stereo en adelante, cuando entran las grandes productoras, las grabadoras y las grandes empresas. Por eso los tipos que empezaron todo esto, nunca pudieron disfrutar de ese tipo de premios. Así que cuando les llego, por la locura de un mecenas que provoco el encuentro, sin pensar en la cuestión del lucro que podía obtener, se vio la inmensidad de esos tipos arriba de un escenario”, dice a Cacodelphia.
El libro hace un aporte a la bibliografía del rock argentino, donde prácticamente no hay nada escrito sobre Manal: da cuenta del repertorio de la banda, de sus influencias y su legado. A través de las entrevistas a los integrantes del trío, Kleiman, desnuda también, las tensiones entre los músicos, “que existieron desde el principio y sigue existiendo al día de hoy”, dijo.
Junto con Los Gatos y Almendra, Manal, forma parte de la trilogía fundacional del rock en Argentina. El trío, afirma, Kleiman, fue el creador del blues en castellano e iniciador de la corriente más ligada a la música negra dentro de los pioneros del rock argentino, una que abarca no solo el blues sino también el soul, jazz, r&b, hard rock, psicodelia y distintas variantes del sonido negro del Río de la Plata, incluyendo la milonga y el candombe.
“De Vox Dei en adelante, pasando por Los Redondos, La Renga, Divididos, Los Ratones Paranoicos, Hermética, Almafuerte, toda esa vertiente más pedestre, más callejera, mas blusera, empieza con Manal, que como punto de partida es muy fuerte”, expresa. Y agrega que “se trata de una banda que solo duró tres años y que fue un fenómeno de la época, donde nadie estaba pensando en asegurar el nombre para tener una jubilación confortable, ya que el negocio del rock comenzó después y sin embargo hoy su legado sigue siendo extraordinario”.
En cuanto a la poética expresada por Manal a través de las letras de Javier Martínez, Kleiman, aseveró que “la poética del grupo dejó también una huella muy profunda”. La obra de Javier, abordó “desde pinturas urbanas hasta cuestiones filosóficas muy profundas y esa manera de pintar la ciudad y la gente marcó toda una época”, dice. “Javier Martínez pudo haber estado influenciado por Discépolo, Cadícamo y los grandes poetas del tango, por Piazzolla y Ferrer, que se escuchaba en esos años, de la misma manera que el folklore nuevo que se estaba produciendo y la bossa nova, el jazz y todo ese caldo de cultivo tan fuerte que marcó la década del ‘60”, opina Kleiman. “Además, ellos se vincularon con las otras artes, con el teatro, la plástica, la danza, el cine, con toda esa gente que se reunía en La Cueva o en El bárbaro, espacio y lugares, donde se juntaba la bohemia y algo de todo eso aparece también, en la poesía que expresó Manal. No por nada se ha comparado el retrato que hace Javier en ‘Avellaneda blues’, con los cuadros de Benito Quinquela Martin”, agrega.
*Entrevista realizada en diciembre 2023