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Terrenal,nueve temporadas llevando al teatro un "pequeño misterio ácrata"

Escrita y dirigía por Mauricio Kartún, la obra recrea desde el conurbano el mito bíblico de Caín y Abel.

Si la obra llegó a su novena temporada es, entre otras cosas, porque los actores se mantuvieron en un estado de creatividad que generó siempre algo nuevo que la mantuvo viva y fresca. La pieza se sostiene en el humor y el humor no se puede mecanizar”,expresó el dramaturgo Mauricio Kartún en el aire de Cacodelphia.

Con las actuaciones de Claudio Da Pasano, Claudio Martínez Bel y Tony Lestingi"Terrenal. Pequeño misterio ácrata" introduce una nueva mirada sobre el antiguo mito de Caín y Abel. “Hacía muchos años que tenía anotadas las imágenes de dos hermanos que no se hablaban y que habían heredado un lotecito en el conurbano que terminaban dividiéndolo por la mitad”, contó sobre el origen de la obra.

"La pieza se sostiene en el humor y el humor no se puede mecanizar”

Tiempo después, leyendo el libro de mitología hebrea de Robert Graves, el dramaturgo que este mito bíblico, lejos de ser simplemente la historia de los dos hermanos que se pelean y uno mata al otro, contenía algo bastante más complejo. "Graves sostiene que en realidad se trata del enfrentamiento entre los dos grandes modelos tribales: por un lado, las tribus nómades, que viven caminando de un lado para el otro buscando siempre el buen clima y viviendo una vida muy desprendida de todo lo material y, por el otro, las tribus sedentarias, las que se instalan, las que plantan y cosechan a veces mucho más de lo que necesitan y empiezan de ese modo a desesperarse para que otro no les robe esas cosechas”, explicó.

“Todo eso me pareció que tenía una extraordinaria posibilidad expresiva, y a partir de enfrentar esos dos modelos desarrollé a este Caín, quintero que planta morrones y que vive para sus invernaderos y por otro lado a un Abel despreocupado que vive de vender carnada viva al costado de una laguna”, contó Kartún.

Cada uno de nosotros es una mezcla de pulsión nómade y sedentaria, cada uno de nosotros en el marco del capitalismo de siglos, vive tratando de compensar una cosa con otra. Siempre adentro de uno están las dos pulsiones. Lo importante es saber identificarla y darse cuenta cuando una le hace daño a la otra. Digo, cuando una te pone tan indolente que nada te preocupa y en esa despreocupación te haces daño y haces daño a otro y por el contrario cuando te pones tan obsesivo con el trabajo y el dinero que terminas arruinando tu vida. Las dos pulsiones han sido necesarias, el hombre ha tenido que ser nómade por momentos y sedentario en otros. Lo interesante es que uno pueda decidir en cada minuto de su vida que es lo que verdaderamente lo hace feliz”, reflexionó al aire de Futura.

La pieza de alguna manera busca con humor y basada en los procedimientos del teatro de variedades proponer reflexiones para los espectadores. “Caín y Abel nacieron en el paraíso con todo a su libre albedrío y fue el propio hombre el que terminó levantando una muralla para proteger algo que en su origen tenía gratis. Esa paradoja hoy nos debe interpelar a cada uno de nosotros, para volver a preguntarnos qué vida queremos y en qué lugar queremos vivir. interpelar en ese sentido. Y quizá eso sea lo que hace que la gente vuelva a verla tantas veces”, explicó el dramaturgo y director sobre el fenómeno de permanencia de la obra estrenada en el año 2014.

Al ser consultado sobre el por qué la obra lleva como subtítulo “pequeño misterio ácrata”, respondió que “en principio se trata de retomar el concepto de ácrata en su lugar de sinónimo anarquista, fuera del poder y pequeño misterio, porque el misterio es un antiquísimo formato teatral que representaban las compañías españolas, durante semana santa o en navidad. A esas pequeñas actuaciones se las llamaron autos o misterios y eran siempre representaciones de fragmentos de la Biblia. Y esta obra, es una representación de un fragmento de la Biblia, solo que es un pequeño misterio y que en cambio de ser religioso es ácrata, es anarquista”.

¿Qué hubiese pasado si Caín no mataba a Abel, qué hubiese sido de la humanidad si Cían elegía compartir?

“La obra intenta resolver ese dilema cuando en algún momento Dios le dice a Caín: podrías haber sido un pájaro en vuelo y te cortaste un ala, quedaste gallina bataraza”, expresó Kartún y agregó. “Yo creo que cuando una de las partes anula a la otra lo que se pierde es la dialéctica, se pierde la posibilidad del debate y de crecer en el enfrentamiento”.

“En los últimos siglos, a pesar de haber habido una bota pisando cualquier pensamiento alternativo, lo interesante es como esos pensamientos han seguido vivos y como gracias a esos pensamientos el mundo de los trabajadores, por ejemplo, ha encontrado ventajas que de otras maneras no hubieran tenido. Si hoy existen las jornadas de ocho horas diarias de trabajo, es porque han aparecido ´Abeles´ dispuesto a pelearlo, no fue esa una concesión graciosa. En esa dialéctica hay que comprender como esos ´Abeles´ que están siempre en perdida en relación al poder, son lo que terminan modificando las estructuras”, concluyó.

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