El 26 de junio de 2004 un centenar de vecinos del barrio consumaron un hito histórico: ocuparon la comisaría 24 y evitaron la impunidad de Juan Carlos Duarte, quien asesinó al referente del Comedor Los Pibes. Un hecho que dividió el gabinete de Néstor Kirchner.
“La investigación muestra que fue prácticamente una pueblada, entre 50 y 100 personas participaron del hecho. Pero el grupo más consciente, con más experiencia militante, intentó reaccionar rápido. Ganarle de mano a la policía, sin violencia ni armas ni elementos contundentes, nada”, explica Pablo Solana.
Sobre Juan Carlos Duarte, el asesino de Martín “Oso” Cisneros, recuerda que previo a la ocupación “ya habían hecho las denuncias pertinentes, no tanto en la comisaría, pero si en una fiscalía, habían aprovechado el nuevo momento político donde se tendían lazos con las organizaciones y en el Ministerio de Seguridad y Justicia habían planteado que este problema podía terminar mal”.
“Fue sorprender con una acción rápida, con unos simples empujones, entrar a la sede policial y tomar el control, que fue el hecho que permitió negociar, que no quede impune el caso. A veces esas contundencias en la lucha popular tienen un sentido y son las que pueden garantizar un resultado que rompa esa complicidad que se sabe pero nunca termina de desmontarse”, reconstruye en Los Mundos Posibles, sobre el momento que se produce la ocupación.
En cuanto al tiempo que transcurrió entre la manifestación y la detención de Duarte, dice que se produjo cerca de las tres de la madrugada, “porque frente a la comisaría se juntan funcionarios políticos, toda la plana policial para ver qué hacían ante el hecho, les habían ocupado la sede, entonces el Secretario de Seguridad termina asumiendo, de algún modo, la razón de los manifestantes, corre del medio al personal, ordena que la investigación y la detención la haga el departamento de Asuntos Especiales para que actúe”.
“Se informa al juez y se empieza a dar lugar al reclamo de los vecinos, tiene una solución encaminada, se iba a hacer todo para que esta persona no tenga argumentos ni pueda impugnar su detención. Sobre las 6 de la mañana los compañeros y compañeras del ‘Oso’ dicen ‘ok, desalojemos la sede, recuperemos un poco la calma en el barrio’ pero no vamos a salir de madrugada porque hay francotiradores, está el cuerpo de infantería con dos grupos de combate en la puerta, y la negociación se estira hasta que amanece”, concluye.
Pablo Solana es autor del libro de reciente edición “La toma de la 24. Historia de la ocupación de la comisaría de La Boca la madrugada del 26 de junio de 2004”, que se puede descargar de forma libre en el siguiente enlace: https://institutoplebeyo.com.ar/2024/06/19/la-toma-de-la-comisaria-24-de-la-boca-a-20-anos-los-hechos-los-protagonistas/
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