El periodista Santiago Rey reconstruye vida, reivindicaciones personales y la consumación del asesinato del joven militante en manos de Prefectura Naval.
“En total dispararon entre 114 y 129 veces con munición de plomo, utilizando dos tipos de armas, una de ellas fusibles MP5, que es un arma de guerra. Eso figura en el expediente. Y de esa cantidad Francisco Javier Pintos realizó más de 50. Hay que ver qué pasa con el tribunal, los jueces parecen haber sido permeables al relato sobre el enfrentamiento”, describe el periodista Santiago Rey, autor de libro Silenciar la muerte. Crónica e investigación de la vida y asesinato de Rafael Nahuel.
El martes 15 de agosto comenzó el juicio oral y público por el asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel, ocurrido en noviembre de 2017 a manos del Grupo Albatros de la Prefectura, cuando el muchacho participaba de una recuperación territorial de la lof Winkul Lafken Mapu en Villa Mascardi, cerca de Bariloche.
En charla con Los Mundos Posibles sostiene que “la figura con la que se llega a la instancia de juicio oral y lo que fue el proceso de instrucción que permitió una serie de contradicciones en las pericias, de las cuales los abogados defensores, de los cinco integrantes del grupo Albatros que están procesados, pueden agarrarse y lograr que no haya condena”.
En su libro Silenciar la muerte. Crónica e investigación de la vida y asesinato de Rafael Nahuel, Santiago Rey reconstruye su vida, sus amigos y la consumación del asesinato del joven militante a manos de Prefectura Naval.
“Llegamos al juicio con una primera pericia que, de manera indubitable, determina de qué arma salió el proyectil que mató a Rafael Nahuel. Una segunda pericia hecha en Gendarmería que puede determinar con fehaciencia de dónde salió, y una tercera que lo adjudica a otra arma de otro integrante del grupo Albatros. Por lo cual son elementos que va a tomar su defensa para establecer una duda legitima sobre quién disparó”, detalla.
“La figura del procesamiento es de homicidio agravado cometido en exceso de legitima defensa, en el cual el proceso de instrucción y elevación a juicio fue permeable al relato del gobierno macrista en relación a un enfrentamiento armado con armas de fuego y en ese contexto el atenuante de la legítima defensa puede generar condenas muy leves o incluso que nadie termina pagando”, considera.
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