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“En esos restos óseos que se niegan a restituir está escrita la historia del genocidio"

Integrantes de la Comunidad Mapuche de San Ignacio y la comunidad del hijo del Toki (jefe máximo) Calfucurá se harán presentes en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata para concretar la restitución de dos ancestros.

El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas aprobó la restitución de los restos óseos de dos ancestros de la comunidad del hijo del Toki (jefe máximo) Calfucurá que integran las colecciones de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, a la Comunidad Mapuche de San Ignacio, en Neuquén, donde casi todos son descendientes de Toki Calfucurá. Se trata de dos hombres que fueron catalogados en el Museo como pertenecientes a la ´Tribu de Namuncurá´. Si bien el instituto ya se pronunció el año pasado, “en estos días, las comunidades estarán llegando a la ciudad, porque necesitamos que el Museo le ponga alguna fecha certera de aprobación y restitución”, explicó el antropólogo Fernando Pepe, presidente del Colectivo GUIAS (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social) y Coordinador del Área de Identificación, Restitución de Restos Humanos Indígenas y Protección de Sitios Sagrados del INAI.

Los restos fueron rotulados en el museo como "Cráneos Nº 134 y Nº 135 de la Tribu de Namuncurá" y pertenecen a una de las colecciones más antiguas del Museo de La Plata, que contiene 300 cráneos de hombres y mujeres originarias.

Se trata de las colecciones que donó o vendió, Estanislao Zeballos, porque eso nunca quedo claro, lo mismo que las colecciones del Perito Moreno, que figuraban como donadas y luego se descubrió que también él mismo las había vendido al Museo. Zeballos se ufanaba igual que el Perito, de tener varios líderes de renombre entre sus colecciones”, repasó Pepe.

Seis individuos que conformaban esta colección y habían sido catalogados como integrantes de la "Tribu Catriel" ya fueron restituidos en el 2017 al lonko Domingo Catriel, de la comunidad Cipriano Catriel de Azul. “Además, en el año 2016 a la comunidad del lonko Lorenzo Pincen se les restituyeron los restos Manuel Guerra, Gherenal, Indio Brujo y Gervacio Chipitruz. Y en esa colección se encuentra también y queda pendiente de restitución el mismo Toki Calfucurá”, explicó el antropólogo a Cacodelphia.

“El museo tiene en sus colecciones un caudal de 5.000 restos humanos de hombres y mujeres, niños y niñas, por eso es la institución que más reclamos y efectivas restituciones ha protagonizado en los últimos años. Y porque se ha abierto a los acuerdos de políticas pública de restituciones que viene llevando adelante el INAI y porque nosotros sabemos y tenemos acceso a lo que hay en el museo”, manifestó Pepe.

Hay instituciones que tienen situaciones diferentes, como el Museo Etnográfico dependiente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que tiene restos humanos que fueron fusilados y asesinados, pero está totalmente cerrado a las restituciones. "Lo mismo que otros museos, como el de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano de Mendoza, esas son todavía para nosotros misiones imposibles”, señaló el presidente del Colectivo GUIAS.

“En esos restos óseos que se niegan a restituir está escrita la historia del genocidio que no está en los libros. Y si no realizamos las restituciones a través de estas políticas públicas, llegará un día que las comunidades romperán las puertas de esos museos y retirarán los restos”, concluyó.

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