Los asambleístas que componen el movimiento Malvinas Lucha por La Vida continúan sus reclamos ante la instalación de la empresa Monsanto en la localidad cordobesa. Pese a que el informe de impacto ambiental dio negativo, vecinos de Malvinas Argentinas siguen exigiendo que se resguarden sus derechos frente a las irregularidades que presenta la multinacional y los posibles problemas de salud que podría generar en un futuro.
Según la ordenanza 821 aprobada por el Concejo Deliberante de Malvinas Argentinas el 10 de enero de 2013, “la falta de cumplimiento por parte de Monsanto Argentina de lo que establezcan oportunamente la Secretaría de Ambiente, la Dirección de Recursos Hídricos y la Municipalidad de Malvinas Argentinas, hará caducar de pleno derecho el presente permiso de obra”.
Pese a esto y a las continuas manifestaciones en contra de la instalación de la planta, el municipio, a cargo del intendente Daniel Arzani, sigue sin dar una respuesta a sus vecinos. En diálogo con Comunidad al Palo!, Lucas Vaca, integrante de la asamblea Malvinas Lucha por la Vida, comentó que la situación es bastante preocupante, debido a la condiciones para firmar el rechazo a la empresa.
En febrero, la Secretaría de Ambiente de Córdoba rechazó el estudio de impacto ambiental presentado por la empresa por identificar que "en el desarrollo del proceso productivo (pretendido), no se cumple con los requisitos básicos de gestión integral de residuos". La fábrica de Monsanto había comenzado a construirse sin haberse realizado el informe de impacto ambiental, el cual resulta fundamental, ya que en él se detallan las irregularidades que presentaría una vez puesta en funcionamiento. A ello le sucedieron diferentes reclamos, y consecuentemente, represiones hacia los manifestantes, hasta que el pasado 8 de enero lograron presentarlo y dar cuenta de las falencias de la planta. El mismo fue catalogado por Vaca como “un mamarracho porque no especifica dónde se van a tirar los desechos”.
El aval municipal
Ante la promesa no cumplida de Arzani de cesar la obra si el mismo daba negativo, los asambleístas siguieron reclamando, obteniendo a cambio represiones por parte de la policía. “Habiendo avisado que ese día íbamos a realizar una pequeña marcha para llevar el informe, nos encontramos con que horas anteriores Malvinas Argentinas estaba sitiada por fuerzas policiales, nos hicieron volver, fue muy fuerte porque nuestras calles estaban valladas, las empujamos porque entendemos que es un espacio público”, dijo Lucas Vaca y continuó: “allí recibimos fuerte represión con piedras hacia nuestros compañeros y balazos de goma, sin llegar a exigir nada”.
Así, una de las manifestantes, Daniela Pérez, resultó herida gravemente con riesgo de muerte, y mientras tanto, el intendente Arzani, logró no firmar la interrupción de la obra, y aseguró “no haber escuchado absolutamente nada”. Mientras tanto, el diálogo siguió postergándose.
Los asambleístas exigieron al intendente que se los escuche diciéndole “no a Monsanto”, ya que desde que se instaló ha traído división al pueblo, personas golpeadas y heridas, amenazas de juicio por parte de la empresa al municipio en el caso de que no se instale, y “plantándose como el progreso para Malvinas Argentinas”, según lo expresó Lucas Vaca.
A su vez, manifestó su descontento hacia las autoridades municipales, provinciales y nacionales, denunciando que aquellos que gobiernan están entregando los recursos naturales y la salud en manos de extranjeros, abandonando a los ciudadanos, aquellos que “hoy tienen que defender con uñas y dientes el lugar en donde viven”.
Cabe mencionar que Monsanto es una de las multinacionales de semillas y agroquímicos más importantes en el mundo y primera en el país. Su cede central reside en Estados Unidos, mientras que en la Argentina se instala en la provincia de Buenos Aires, en las localidades de Zárate, Pergamino y Rojas. También posee una planta en Río Cuarto, y la actual obra en construcción ubicada en Malvinas Argentinas, ambas localidades pertenecientes a la provincia de Córdoba.
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