Juli
Cónclave para uno
por Maximiliano Sacristán
La melancolía, esa bilis negra metafísica, lo estaba carcomiendo. Vivía solo y lo obligaban a encerrarse. Pero no sentía pena, más bien extrañeza por aquellos días lentos y silenciosos. Cuando el tiempo se estira y no hay con qué llenarlo, buscamos el afuera: el suyo era un...
Nostalgias del desaguado
por Maximiliano Sacristán
Mi madre se parece hoy
a una posada fuera de temporada.
Hace tiempo albergó a refugiados,
y su vientre fue una tibia casa
en donde abrigarse de la intemperie
y sus depredadores.
Dos veces tuvo a okupas
chapoteando en su jacuzzi amniótico,
pero más temprano que tarde
debió desahuciarlos hacia la luz.
Les diré que era tranquilizador
pasarse...
Helena nombra sus casas por el color
por Carolina Salvador
La casita roja es un recuerdo vívido y nostálgico. La extraña con su gran parque y cada uno de los árboles, que aprendimos a nombrar mientras nos deteníamos a cosechar sus frutos y sus flores: robles, magnolia, camelias, paraiso, palo borracho, eucalipto, moras y pinos. Duraznillos, retamas,...
Una lengua es una casa
por Alexandra Jamieson
Uma casa portuguesa
diz a professora Clarisa
aprendo en dos milésimas de segundo
a pronúncia
Uma casa portuguesa
a minha lengua canta
as palavras da canção
Cómo pode ser? pergunta a Clarisa
Você fala como portuguesa
diz um outro professor
Tem tão perto o Brasil
Uma casa portuguesa
canto yo
esas palabras están
en mi oído desde hace
tiempo
Tengo veinte, a los siete u ocho
las escuché
las canté
las bailé
las pedí
Uma casa portuguesa
abriu a sua...
Sus cosas
por Alexandra Jamieson
Ahora tienen otro nombre. La primera vez que vi una se llamaban cantimploras. Bella palabra. Parece compuesta: la que canta e implora.
Era de metal y, para mí, milenaria. Estaba forrada de gamuza o cuero y desde ahí salían una o dos correas para llevarla colgando. La tapa...
Los modos de existencia de la casa por hacer
Albañilería afectiva para la construcción del pluri-verso
por Sol Victoria Liporace
En mi infancia, junto con mi hermana, inventamos una práctica de albañileríaafectiva. Todos los veranos volvíamos a emprender el hacer, frente a lasospecha de que la arquitectura factible, presentaba un modo de existencia aúnpor descubrir. La tarea nos ocupaba mucho...