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Cómo funcionan las milicias digitales de la extrema derecha argentina

Se dedican a acosar personas en redes sociales, desplegando diferentes métodos que van desde la ridiculización hasta la publicación de datos personales. Operan con la impunidad que brindan los grises judiciales, donde no existe jurisprudencia para penar este tipo de ataques.

Es una investigación que se mete con una de las expresiones más radicalizadas de la extrema derecha en Argentina, un grupito que se llama KFC por Kiosco, Falopa y Coquita. Surgieron en spaces de Twitter, de discusión, pero que fue mutando a un grupo muy violento que lo que hace es empezar agresiones, hostilidades en las redes sociales y luego pasan a los domicilios de las víctima”, introduce Facundo Iglesias, periodista que participó de una investigación de revista Crisis sobre "las milicias digitales".

Iglesias ejemplifica el caso de Ayelén Romano,  una astróloga y twittera peronista, que también realizaba directos. “Este grupo se metía en esos vivos a decir barbaridades, ella los bloqueó y ahí empezaron a hostigarla. Pero el hostigamiento que fue primero virtual, con cuestiones muy sexistas, machistas y misóginas. Y luego colgándole un pasacalles en la puerta de la casa, también le mandaron a una persona que agredió físicamente a su madre en la puerta de su casa, estamos hablando de un hostigamiento que empieza en redes y se pasa a la vida real”, describe en Los Mundos Posibles.

Iglesias explica que otra modalidad con la que operan estas milicias es a través del swatting, una metodología de origen estadounidense que consiste en realizar una denuncia falsa a la Policía para que visiten el domicilio y resuelvan el presunto conflicto con armas de fuego, pero que la “versión argentina” de esta práctica es publicar electrodomésticos en Marketplace, la plataforma de compra/venta de facebook, ofreciéndolo como regalo, entonces se cita a la gente interesada en la casa de la victima, además de publicar su teléfono. Cuando las personas llegan al domicilio, tienen que darles explicaciones.

Este grupo KFC, lo dicen en sus spaces públicos, quieren hacer que los pobres se peleen entre sí, quieren molestar. Porque es gente muy necesitada, incluso de un comedor popular, que te llama o que va a tu casa pidiéndote una heladera, y lo que hacen es comunicarse con esa persona insistiéndoles (para que vayan a retirar) Agitando para que se generen escenas de violencia entre la víctima y la persona que va a buscar la heladera, que en definitiva es otra víctima”, describe el periodista.

Sobre la tipificación de estos delitos difíciles de probar y con interpretaciones ambiguas, cuenta que “hace dos semanas, en un space de KFC, que dicho sea de paso, en un momento se detiene de hacer estas cosas, pero luego vuelve al ruedo como si no hubiera sucedido nada, porque para la justicia es muy difícil investigar estas cuestiones, muchas son contravenciones y no son delitos graves, pero cuando lo enumeras en secuencia, ahí se vuelve como un delito grave”.



Según lo refiere el entrevistado, Federico Gorga, líder del grupo de milicias digitales en un directo de twitter menciona que existe una empresa en Estados Unidos a nombre de Ayelén Romano, Javier Smaldone, otra de las víctimas, y del propio Iglesias, que escribió el artículo en la Revista Crisis.

“Al principio lo tomamos como un chiste, una operación. Pero luego metiéndonos en la división de corporaciones de Florida encontramos que efectivamente alguien había inscrito una empresa. Es una sociedad de responsabilidad limitada creada en ese estado, llamada Rofredone, que es una combinación de nuestros apellidos. Y lo que decían ellos es que esto demostraría que habría algo sucio detrás de esta investigación, que estamos todos confabulados o que lo hicimos por dinero”, remarca.

Por último, el periodista señala que la compañía a nombre de ellos tres fue abierta a través de una firma llamada Registered Agents, “que te puede abrir a empresas de este tipo en Estados Unidos, sin pedirte muchos papeles y está muy cuestionada por eso, pero lo que vimos es que Federico Gorga, también la usa para abrir sus emprendimientos, entre muchas comillas, y eso nos hace sospechar fuertemente que fue él el que la abrió

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