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Salvador Amor y un nuevo disco que une generaciones

Las canciones de La otra mitad contiene canciones de su autoría, muchas en homenaje a su padre, el reconocido músico Rafael Amor.

“Se trata de un disco armado de manera artesanal y como todo lo artesanal está hecho a través del amor y el cariño, lejos de las fórmulas para el éxito y rodeado de amigos”, expresa Salvador Amor acerca de La otra mitad.

Salvador Amor nació un 11 de septiembre de 1980 en Madrid, aunque junto a sus cuatro hermanos se crio en Lanús, entre poesías y mucha música. Su abuelo fue Francisco Amor, famoso cantor de la Orquesta de Francisco Canaro y su padre el gran Rafael Amor, uno de los más destacados autores de su generación. Desde hace más de 20 años, Salvador viene también construyendo su propio camino de canciones.

La otra mitad ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales y se prepara para presentarlo en vivo en varios escenarios del país. Me he atrevido después de muchos años a mostrar mis canciones en Argentina, para que la gente sepa dónde me muevo y en qué repertorio, que es bastante similar al de mi padre y al de aquellos que sienten que la poesía y la música son una herramienta de transmisión”, explica el músico en Cacodelphia.

“He vuelto a cargar la guitarra con las canciones y los ritmos que me representan, como es el folklore latinoamericano, con esos matices de mi Madrid, donde vivo hace muchos años, y de ese mestizaje de ritmos, salió este disco que vengo a presentar”, dice.

La otra mitad contiene canciones de su autoría, una poesía de su padre “Soledad”, que formó parte del libro “Sueños e insomnios”, y que no tenía música y “A decimas de Rafael Amor”, una composición de Yeray Rodríguez, dedicada al cantor y compositor, fallecido en diciembre del año 2019. “Hoy estoy feliz de poder decir que tengo una canción con Rafael Amor”, expresó el cantautor que hace dos décadas viene construyendo su camino artístico, presentando su canción en distintos escenarios de España, grabando sus propios discos y participando en proyectos de otros compañeros.

“Se trata de 14 composiciones donde he intentado contar mis vivencias y dejar de ese modo mi testimonio en un tiempo de turbulencias, donde parece que nada ocurre, cuando está ocurriendo todo”, expresa Amor y agrega que “si con ellas logró generar una reflexión, será ese uno de los mejores premios que se puedan conseguir”.

“La canción debe generar un puente que nos permita expresar con palabras muy sencillas, cosas muy complejas. Esa es una de las enseñanzas de mi padre, quien fue capaz de hacerte replantear muchas cosas a través de su poesía”, dice el músico fundador, junto a Gabriel Ortega Sanz, de “Rojo Cancionero” un proyecto que nació como homenaje al cantautor argentino Armando Tejada Gómez.

“Estas canciones han salido con la convicción de saber que no siempre hay un destino, que hay que disfrutar del viaje y lo que nos ocurre, no con la certeza de saber que ya estaba todo escrito, sino sabiendo que uno puede, día a día transformar ese destino”.

En la grabación de La otra mitad participaron Ramón Hernández, Luciano Pasquetto, David Díaz, Joha de Sol, Cecilia Tonina y Lolo Callejo: “Compañeros todos que forman parte de una familia musical, algunos que se han incorporado recientemente como Lucho Pasquetto y Cecilia que llevan poco tiempo en Madrid y otros con los cuales hace muchos años venimos compartiendo el camino”.

Delia Iglesias, artista plástica y cantante nacida en Madrid, hija de padres que huyeron de la última dictadura militar argentina, fue la responsable del arte gráfico. “Luego de escuchar las canciones, ha conseguido con su mágico arte, ponerle imagen a cada tema y de ese modo elegir un perfil para cada canción”, contó el cantautor.

“Es una alegría volver a los escenarios que quisieron al viejo, y recordar su obra que bastante poco se canta y creo que deberíamos cantarla un poco más”, suma el artista que visitó La Plata en marzo.

“Siempre digo que al viejo habría que estudiarlo todos los días media hora, para comprender hasta donde iba su viaje y entender la profundidad de su mensaje. Sus canciones, su poesía y su obra son hoy un manual de supervivencia”, afirma.

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