El sello editorial de Mariano Buscaglia sale al rescate de autores desconocidos y publicaciones largamente descatalogadas. Relatos fantásticos, terroríficos y policiales perfilan una obsesión devenida en oficio donde el texto desapercibido tiene una segunda oportunidad.
Con la reciente publicación de Cuentos de Baliño de Benedicto Soldavini, quizás el secreto mejor guardado del género weird-gaucho autóctono, el catálogo de Ediciones Ignotas mantiene su crecimiento a fuerza de rescatar libros de autores ignorados y títulos fuera de serie. El nombre elegido por Mariano Buscaglia para su escudería no podría ser más pertinente, aquellos textos que no se conocen o no han sido descubierto aún le representan una obsesión, un imperativo de búsqueda donde los ejemplares menos conocidos parecen ser los más urgentes por reeditar. El sello nace en 2015, con un interés particular puesto en la literatura fantástica y policial hecha en Argentina, y una colección enteramente dedicada a la exhumación de rarezas.
“Encarar un proyecto de este estilo es una manía con visos suicidas porque nunca vas a tener ganancias, apenas te alcanza para reeditar, que eso es lo que yo pretendo, que un libro me permita lanzar al otro. El impulso proviene del gusto que tengo por esta literatura y de las ganas de ver que se difundan y que los textos vuelvan a estar en circulación”, introduce Buscaglia en el aire de Los Mundos Posibles.
Las primeras ediciones que se publican son Tres nouvelles fantásticas argentinas 1880-1920 -antología que contiene los relatos "El doctor Whüntz, fantasía" de Raúl Waleis, "Mandinga" de Enrique Rivarola y "El homunculus" de Pedro Angelici- y El hombre de vapor de las praderas del estadounidense Edward S. Ellis, novela seriada por entregas que constituye un precedente de la ciencia ficción norteamericana y un eslabón perdido del steam-punk, sugénero literario de ambientación retrofuturista donde la tecnología a vapor nunca perdió predominancia. Casos policiales de William Wilson de Vicente Rossi completa la serie de lanzamientos que le dan vida a la aventura editorial de Buscaglia, se trata de la primera colección de relatos policiales escritos por un mismo autor del que se tiene registro en Argentina, que ya va por la segunda tirada.
Según palabras del editor, el proceso de búsqueda y selección de materiales a publicar responde a un criterio que nivela rareza y potencial de lectura: “Intento que los textos estén fuera de circulación en todo sentido, por lo general no están ni siquiera digitalizados o son muy difíciles de obtener, incluso en bibliotecas públicas, y que sea atractivo, no sólo que sea raro, Juan Sasturain dice que algunos de estos textos son más raros que buenos, lo que intento hacer es que haya un equilibrio entre lo raro y lo bueno, que no sólo sea exótico”.
El olfato para detectar libros raros es una virtud en permanente desarrollo, saber dónde y cómo buscar materiales involucra no sólo una avidez de lecturas insólitas sino también una intuición detectivesca afilada, “una curiosidad exacerbada”, tarea que Buscaglia comparte con otros amigos conocedores de la materia que también se dedican a explorar librerías de usados, a negociar con coleccionistas, a posibilitar la casualidad que los ubique delante de un incunable, como le sucedió en cierto local de calle Corrientes con la obra de Soldavini: “Lo encontré de casualidad, no sabía qué era, lo agarré y lo compré porque era extraño”.
“El ejemplar estaba perdido en un anaquel de libritos gauchescos que siempre reviso porque me gusta mucho la gauchesca fantástica. Me llamaba la atención que era una auto-publicación, de 1932, que no tenía más información que el título, encima estaba empaquetado, o sea que no lo podía abrir, así que simplemente me arriesgué. Después, una vez que lo abro quedé completamente enloquecido”, completa el titular de la editorial.
Al descubrimiento de todo ejemplar que se quiera integrar al catálogo de Ignotas le sigue una investigación en torno al autor que puede volverse aún más extenuante y azarosa que la propia búsqueda de su obra, así lo grafica la experiencia con Soldavini: “Fue un rastrillaje trabajoso, me llevó casi cuatro años hacer la investigación, incluso tuve que ir hasta Gonzales Chaves a buscar una serie de datos que desde acá no podía conseguir, tuve que revisar toda la colección entera de la revista Pampa Argentina (donde el escritor publicó sus primeros relatos), además de otras colecciones de revistas que revisé por si acaso. Fue mucho trabajo, no suceden rápido estas cosas, las investigaciones llevan algunos años”.
La máscara del horror y otras pesadillas fanta-bélicas de Ernesto Bayma y Cinco hombres en Marte de Fernando Hugo Casullo completan la colección Los Exhumados, pero el rescate de lo fantástico no termina ahí, también se han restaurado ediciones facsímiles de Sexton Blake en Sudamérica (aparecida originalmente en 1922 en la revista argentina Puky) y Primer mensaje extraplanetario de Franck Robertson, mientras existan rarezas que descubrir y restaurar, el índice a cargo de Buscaglia promete seguir expandiéndose.
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