A 3 años de la semi profesionalización de los planteles femeninos de clubes de primera división, futbolistas advierten la falta de implementación de políticas públicas para garantizar el acceso a derechos como deportistas.
Luego de la muerte de la futbolista Juliana Gómez el pasado 8 de octubre, un centenar de futbolistas realizaron una asamblea para pedir mejores condiciones para el desarrollo del fútbol femenino. La concentración terminó con la lectura de un documento donde de manera conjunta se denunciaba las injusticias y desigualdades del deporte en el país. “Todas estas demandas son históricas, porque existen desde la época en la que jugábamos nosotras hace más de 30 años en los torneo oficiales de AFA y que es no reunir las condiciones mínimas para practicar un deporte”, detalla Mónica Santino, directora de futbol de La Nuestra Futbol Feminista, colectivo que lleva 15 años desarrollando sus actividades en la Villa 31.
“Es la gota que rebalsa el vaso en un momento político y social en Argentina del movimiento de mujeres y el feminismo que creo que cala hondo en la generación de futbolistas más jóvenes. Hay que decir que la organización alrededor de este reclamo fue, la mayoría, de los equipos de la B y de la C. Algunas de nosotras, más viejas o referentes del fútbol femenino, fuimos convocadas por las propias jugadoras”, señala en comunicación con En Órbita.
El 16 de marzo de 2019 se anunció la semi profesionalización de los planteles pertenecientes a clubes de la primera división del torneo femenino de AFA. Este determinaba un mínimo de 8 contratos con la promesa de extenderse a todo el plantel y demás categorías. Sin embargo, a tres años de sancionada la ley, muy pocos planteles han sido profesionalizados en su totalidad. “No es solo la cuestión del salario, son las condiciones de entrenamiento”, explica la futbolista.
Entre estas condiciones se encuentra la falta de condicionamientos en las canchas de entrenamiento, la falta de perspectiva de género en las dirigencias, “hay una cantidad de DT recibidas y sin embargo casi un 99% de los planteles están conducidos por varones, entonces no mejoró tanto la cosa de 2019 para acá”.
En este marco, los dichos expresados por el vicepresidente de Estudiantes, Sebastián Verón, representan “un sincericidio que todos los dirigentes del fútbol argentino piensan”. Durante la última Asamblea General Ordinaria del club, el dirigente expresó que el fútbol femenino no representa un negocio para el club, por lo que tampoco representa una prioridad. “Esa súper elite que cobra millones y millones de dólares son muy pocos, no es la gran masa de futbolista. Entonces me parece que hay que pensar los clubes y el deporte desde otros lugares y ser un poco más imaginativos, creativos, y no quedarse sentados en un sillón con esos privilegios”, denuncia Santino.
En esta línea, recordó que los estatutos de los clubes poseen más de 100 años y es necesaria su adecuación a los tiempos que corren. “Me parece que la cuestión principal es también como miramos el deporte, el acceso al deporte. Si los seguimos entendiendo como un negocio, como un bien de mercado, o un derecho humano”.
