Un trabajo conjunto entre investigadores del INTA, INTI y la Universidad Nacional del Comahue, impulsa la utilización del descarte de lana ovina para conservar la temperatura en el interior de las casas.
Investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y de la Universidad Nacional del Comahue participaron de una investigación centrada en el aprovechamiento del la lana de oveja que se descarta, por no reunir los estándares de calidad que exige la industria textil, obteniendo como resultado evidencia que demuestra sus beneficios como aislante térmico para viviendas.
"Hay lana de descarte que la industria textil no acepta porque no reúne las condiciones de calidad, entonces es un pasivo ambiental, en una zona como la Patagonia, donde hay una producción de ganadería ovina importante y los pequeños productores tienen un activo que producen todo el año, se armó este proyecto ", señaló Cora Gornitzky, comunicadora del INTA.
Los productores familiares que crían ovejas y chivos para lana necesitan viviendas aptas para protegerse de la hostilidad del clima frío y seco, típico de la estepa. La progresiva incorporación de ladrillos cocidos, cerámicos o el uso de chapa galvanizada desplazó el uso de materiales tradicionales como piedra y adobe, a la vez que empobreció mucho el acondicionamiento térmico envolvente de las casas.
"Cambiar ese sistema tradicional encarece los costos durante el invierno, porque aumenta el frío y también tiene que aumentar el uso de leña, de garrafa, que es difícil transportar. Entonces técnicos y artesanos detectaron, en muchos talleres que se fueron haciendo, que podía ser una innovación utilizar la oveja de descarte como aislante térmico", contó.
En ese sentido, resaltó que "este desarrollo de innovación le da un valor agregado a la lana de oveja que se descarta y hace de eso un aislante térmico".
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