Inicio Medios de comunicación La Pulseada cumple veinte años tomándole el pulso a la realidad

La Pulseada cumple veinte años tomándole el pulso a la realidad

En abril de 2002 la Obra del Padre Cajade daba comienzo a una publicación que salió decidida a ofrecer un producto de calidad tanto en presentación como en su contenido periodístico.

“Cajade decía que tenía que ser una revista muy linda, que no se comprara por lástima, sino por su buena calidad”, expresó la periodista Verona Demaestri, parte del equipo fundador de La Pulseada, al cumplirse 20 años del comienzo de la aventura editorial de la Obra del Padre Cajade. “La idea era que sea el mejor material periodístico posible, en esa época solo estaba el diario El Día, no había otras narrativas, otras historias, había que disputarlo simbólicamente”, agregó.

Demaestri recordó aquellos inicios donde se fijaron los objetivos de salir con una revista a cuatro colores, se armaron equipos de investigación y de escritura de crónicas, y se comenzó a dar la disputa simbólica de narrar la realidad mediante la elaboración de importantes investigaciones periodísticas que ocuparían la portada.

A la hora de contar cómo se decidió el nombre de la publicación, la entrevistada evocó que “las primeras notas que hicimos para el número uno, que eran grandes informes, muy ambiciosos, entrevistábamos a gente sin poder presentar la revista con un nombre”. “Nos reuníamos en La Modelo, había una lista larga de nombres y en un momento el cura citó a (José) Kentenich que decía que había que sentir el pulso del tiempo, algo muy apropiado para ese momento, que además era 2001. Después de esa cita, Diana Pazos, una de las primeras periodistas de la revista dijo que le pongamos La Pulseada”, explicó.

Estos medios, como lo son también las radios comunitarias, son los grandes formadores, en algún punto son como escuelas para adultos, son las grandes usinas para poder pensar y seguir formándonse, para informarse, para reflexionar, para muchas cosas que los grandes medios no hacen, y adrede porque ellos viven de lo que no dicen. Hacíamos la revista que queríamos leer, que no existía”, concluyó Demaestri, ofreciendo una opinión sobre la importancia de otros medios.

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