La compositora e intérprete entrerriana Marcia Müller, presenta un libro y CD donde recupera la historia de ese ritmo danza, que tocaron hombres y mujeres de la provincia desde fin del siglo XIX.
“La investigación de este trabajo comenzó en el patio de casa cuando mi papá agarró su acordeón y tocó un tanguito que tocaba mi abuela Elena en la verdulera, como le decimos en el litoral al acordeón”, contó la docente e investigadora. “Ese día se abrió todo un universo para mí, primero porque por la heredad de uno quise saber más y luego porque me di cuenta que era la historia de muchas familias en toda la región”, dijo Marcia Müller sobre Tanguito montielero. La música de mi pueblo.
Marcia es tercera generación de acordeonistas: "Mi papá toca el acordeón y lo hacían también mis abuelos, Enrique y Elena. De ella tengo esta heredad tan hermosa, que es este ritmo danza que conocemos hoy como tanguito montielero, que es muy antiguo y que se ha podido escuchar desde fines del siglo XIX”.
“Comencé por buscar lo que se había escrito sobre el tanguito montielero. Y solo encontré algunas menciones de investigadores como Carlos Vega, Rubén Pérez Bugallo, algo que más acá en el tiempo que había escrito Roque Casals, escritor e investigador de Santa Elena, un escrito de Enrique Piñeyro, folklorologo y docente correntino y algo de Mario Alarcón Muñiz, un periodista muy reconocido culturalmente en Entre Ríos, todos ellos habían mencionado a este ritmo danza, pero no había una bibliografía dedicada especialmente a esta manifestación cultural”, expresó en Cacodelphia.
El trabajo discográfico fue grabado en UNISON, estudios de grabación de los Hermanos Gómez, en Paraná y está compuesto por 14 obras musicales entre las que se pueden escuchar esas piezas anónimas, recopiladas por su padre Alcides Müller y otros intérpretes del ritmo en cuestión. También obras trascendentales para el género de autores y compositores reconocidos en el ámbito entrerriano como Federico Gutiérrez o Ricardo Zandomeni, que profesionalizaron el mismo llevándolo a la grabación.
“Así nació este libro y este disco tan querido que en las bases hemos grabado con mi papá Alcides Müller: sabiendo desde el principio que, era una necesidad y una responsabilidad moral poder documentar a nuestros mayores”, expresó.
"era una necesidad y una responsabilidad moral poder documentar a nuestros mayores”
En el libro se encuentran las partituras de los 14 temas grabados y una contextualización sociocultural y geográfica que permite ubicar al género y su historia. Editado por Moglia Ediciones, con el apoyo del Gobierno de la provincia de Corrientes, en el contexto del proceso por el cual el chamamé fue declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, éste trabajo aseguró Müller “es también una forma de comprender que el tanguito montielero se gestó en el mismo tiempo y en el mismo ámbito geográfico que el chamamé”.
“Reconstruir el origen del tanguito montielero, sirvió también para saber y entender cómo estaba conformada la sociedad entrerriana a fines del Siglo XIX, cómo era esa gente, cómo se vivía”, explicó Müller. Esa sociedad estaba constituida en clave multicultural, conformada por los charrúas, chanáes y guaraníes; también por europeos, sobre todo italianos, alemanes del Volga, polacos, judíos y los afrodescendientes.
“Toda esa información nos ayudó a saber más sobre la música misma, porque quienes tocaban el tanguito montielero no eran músicos profesionales, eran gente del medio rural, que generalmente hacían tareas de campo, por supuesto que entonces sus manos eran muy rusticas y rudimentarios sus movimientos, por eso esas melodías eran muy simples y no eran complicadas para tocarlas. Entonces no había radios, no había electricidad, la música tocada en el momento, los relatos y la danza era toda la compañía que había”, manifestó.
“Después de más de diez años de investigación hoy hay gente que todavía me sigue enviando información y eso imagino que se seguirá ampliando, porque como una buena parte de las ciencias sociales, la etnomusicología, sigue ampliando siempre las investigaciones”, expresó.
Y auguró que “este libro es un puntapié inicial para que otros sigan investigando, porque es una investigación que no está acabada. Bienvenido sea entonces que alguien retome este trabajo, porque si es así querrá decir que seguimos indagando y preocupados por saber más sobre nuestra cultura”.