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El centro cultural El Escudo se retira de sus históricas instalaciones

El espacio cultural debió retirarse de las instalaciones emplazadas bajo la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU) de Calle 10 entre 60 y 61, tras no poder llegar a un acuerdo con la dirigencia de la institución.

Al parecer los problemas con la iglesia siempre existieron, inclusive desde 1995. Los grupos que estaban antes que yo siempre tuvieron un diálogo bastante conflictivo con la IELU. En principio, desde 2019, la cosa medio que se fue descarrilando: de repente nosotros ya no éramos el gran grupo que estaba ahí en el espacio”, explicó Agus Sandia, coordinadora del Centro Cultural El Escudo

Desde los ‘60 el lugar funciona como centro cultural siendo uno de los pocos en la ciudad que fue creado con estos fines. “Lo cual no es poca cosa, porque los centros culturales, lo mismo pasa con lo teatral, usualmente son casas intervenidas. Instalaciones como los galpones”, explicó en comunicación con El Verano Prometido. Del mismo surgieron grupos de teatros platenses como Vuelvo en julio y En eso estamos.  

En 2019 el grupo que estaba coordinando el espacio recibió una intimación sin previo aviso por parte de la iglesia para que abandonaran el espacio en un plazo de 15 días, negándose a recibirlo para hablar sobre la situación. “Fue gracias a la presión social, a toda la movida que se hizo por redes, que se logró llegar a la presidencia de la IELU y accedieron a tener un encuentro con nosotres (...) ahí comenzó a surgir con mucha más fuerza el hecho de que ello nos veían a nosotro como un grupo invasor que había tomado el espacio y hacia lo que quería. También empezó a salir el tema de la religión”, detalló.

Si bien el espacio tiene una postura política ante los problemas, no está determinado por un espacio político partidario o religioso permitiendo que se acerquen personas a través del arte. “En diciembre y noviembre empezamos a hacer un movimiento en cuestiones de papeles, de insistir en que esta situación de enero de 2020 no se vuelva a repetir, y ahí fue cuando nos cortaron del todo”, explicó sobre la situación que los impulsa a mudarse.

 
No damos por perdido este sueño, sabemos que encontraremos otro espacio, que nos la vamos a arreglar de alguna manera. Tengo la certeza gracias al paso del Escudo, de haber tratado con gente que tiene ganas de hacer cultura, que tiene ganas de hacer arte. Yo me llevo que vivir del arte es posible”, concluyó Agus.

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