El Museo de la ciudad de La Plata restituirá a la comunidad mapuche de Santa Cruz el esqueleto completo de Michel, un hombre que fue asesinado en el Siglo XIX y que luego fue desenterrado y entregado al museo para ser exhibido en sus vitrinas.
“Este hombre fue asesinado por hombres del propio Museo y catalogado como Michel, aunque no sabemos si era ese su verdadero nombre, porque entre las imposiciones que los hombres y mujeres de la ciencia han hecho con los pueblos originarios, se encuentra la apropiación de sus cuerpos, sus territorios y su identidad”, explicó Fernando Pepe, antropólogo coordinador del Área de Identificación, Restitución y Protección de Sitios Sagrados del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas.
“Michel, fue asesinado en 1.888, supuestamente por haber robado un poncho a la comunidad en Corpen Aiken, sobre el Río Chico, Santa Cruz. Antonio Pozzi, uno de esos naturalistas viajeros contratado por el Museo y su grupo, son quienes lo asesinan. La comunidad a la que pertenecía Michel entonces reclamó el cuerpo, que les fue devuelto y enterrado”, contó Pepe. “Este hombre entonces y su grupo anotaron donde lo sepultaron y diez años después profanaron esa tumba y se trajeron los restos al Museo de La Plata”.
“Lo que demuestra dos cuestiones, primero que Pozzi, tenía la particularidad de acercar él también restos al Museo y que cuando asesinaron a Michel, había una intencionalidad y lo del poncho fue una excusa, como tanta que pusieron para asesinar y fusilar a los miembros de los pueblos originarios que resistieron el genocidio”, explicó. “Detrás de estos asesinatos siempre hubo una acusación que busco justificar no solo el genocidio, sino el accionar inmediato de los hombres del Mueso de La Plata, que fueron recolectando cuerpos de los asesinados y fusilados, lo mismo que hizo el propio fundador de esa institución, Francisco Pascasio Moreno”.
Luego del reclamo realizado por la comunidad Millanahuel, ubicada en la provincia de Santa Cruz, el Consejo Directivo de Facultad de Ciencias Naturales y Museo, de la Universidad Nacional de La Plata, aprobó la restitución de Michel. “Ninguna institución prácticamente, ha tomado la iniciativa de restituir restos a las comunidades que antes no los hayan reclamado”, expuso Pepe y agregó. “Y si bien es cierto que la Universidad para restituir debe cumplir con ciertos caminos burocrático, podrían tener alguna declaración a favor o tener mayor vocación de acelerar los trámites y eso no ocurre, porque el Museo vive bastante aislado de las realidades de las comunidades”.
En ese sentido aclaró Pepe que en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en algunos museos provinciales, la situación es todavía mucho más grave. “La UBA ni siquiera reconoce que tiene en el Museo Etnográfico restos humanos que fueron enviados a comienzos del Siglo XX, por el mismo ejército nacional luego de las campañas militares al Gran Chaco argentino. Lo mismo sucede con algunos museos de San Juan, que se oponen tenazmente a todo tipo de restitución”, dijo.
“Además en los últimos años muchísimos arqueólogos de la Universidad de La Plata, de la UBA y de otras universidades han acrecentado de manera muy rápida las colecciones de restos humanos, porque saben que no lo van a poder hacer en el futuro. Por eso hubo muchísimas excavaciones para llevar restos humanos a esas instituciones y a los laboratorios de estudio”.
“Lo que, si hubo en los últimos años, fue una visibilización del rol de la ciencia en el genocidio, pero de eso no se hace cargo ninguna institución”, explicó en antropólogo, presidente del colectivo GUIAS (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social). “Y en ese sentido nosotros creemos que la Universidad toda, debería hacerse cargo del genocidio. Si bien hablamos de hechos que sucedieron antes de su fundación, creemos que debería haberse hecho un pedido público de perdón, o por lo menos, apadrinar algunas instituciones educativas de estas comunidades, para que la reparación sea también económica, pero todavía eso no ha sucedido”.
Para Fernando Pepe “visibilizar y fortalecer el Estado es la tarea principal, porque todavía los antropólogos se resisten a dejar de considerar a los restos humanos como objetos de estudios y eso va mas allá de ellos”, dijo. “Es una lógica de clases sociales donde los pueblos originarios que sufrieron el genocidio, quedaron subalternos a estas clases que los siguen hoy considerando como objetos de estudio”.
Devolverán momias del museo de La Plata a comunidades indígenas bolivianas
El Instituto Nacional de Asunto Indígenas (INAI) aprobó un pedido del Estado Plurinacional de Bolivia para que sean restituidos múltiples restos que todavía permanecen en el Museo de La Plata. “En este caso los pedidos de restitución son de comunidades que están registradas en el Instituto con quien venimos trabajando desde hace mucho tiempo y llegamos a un acuerdo, para que del retiro de los restos se haga cargo Estado Plurinacional de Bolivia”.
Entre los restos reclamados se encuentra una momia de la cultura Tiahuanaco, que recientemente recibió el nombre sagrado “Nayra” (ojo sagrado) por parte de las comunidades en una ceremonia a cargo del amauta Wari Rimach. “Además ante algunas versiones que dentro del museo podría haber otros restos pertenecientes a estos pueblos, se reclama también que sean devueltos a la comunidad”.
“Todo esto ya está aprobado desde el INAI, ahora tendremos que ver los tiempos burocráticos de las resoluciones, hay que sentarse hablar con el Museo de La Plata, pero más allá que el Estado boliviano está muy interesado en hacerlo rápido, todo esto llevara un tiempo. Y nosotros tenemos un profundo interés de completar esta restitución”.