Cristina Terzaghi, titular de la Cátedra de Muralismo y Arte Público Monumental de la facultad de Bellas Artes, visitó radio Futura y contó detalles del movimiento artístico latinoamericano y de la carrera universitaria que fue cerrada durante la última dictadura cívico militar y abierta nuevamente treinta años después.
Desde 1936 la facultad de Bellas Artes de la UNLP tiene espacios académicos destinados a la expresión artística en pintura mural o afines. Desde ese año hasta 1976 la carrera tuvo algunos cambios de nombres, materias, duración, entre otras. Durante la última dictadura cívico militar se declaró -mediante resolución- en extinción la carrera de Pintura Mural, junto con la carrera de Cinematografía: “dos carreras que eran muy públicas, colectivas y había mucho debate político”, se refirió Cristina Terzaghi, Titular de la Cátedra de Muralismo y Arte Público Monumental de Bellas Artes.
La Cátedra lleva el nombre de Ricardo Carpani porque él forma parte "de una clase de personas peligrosas que tienen la virtud de unir ética y estética, de confluir pensamiento y acción”, describe su página web. Terzaghi explicó al equipo de Paseo Inmoral que “todo el que hace arte tiene una ética y una estética (…) Un mural cuenta una historia, un relato, tiene una poética, que tiene determinadas formas de hacerse técnicamente. Somos muy respetuosos del otro, que es el espectador”. Ese otro espectador, será interpelado de alguna manera por el mural, "por eso debe tener una estética, que también atraiga al otro de alguna manera, que lo interpele y genere un ¿por qué pusieron esto acá?", agregó.
En cuanto a la importancia de este tipo de expresiones artísticas, Terzagui contó que "es un orgullo el muralismo porque es un arte latinoamericano. Los dos lugares más importantes han sido México y Chile, en diferentes momentos históricos". El objetivo de esta carrera es que lxs alumnxs obtengan herramientas para determinar un discurso estético mediante la construcción colectiva: “fundamentalmente enseñamos herramientas para que cuando salgan puedan llegar a un discurso estético político propio”, explicó. La docente, que realizó en una de las paredes de nuestra emisora el primer mural en adobe hecho por la cátedra, describió que “primero hay que investigar el lugar. Después de hablar con la gente, hay que saber cuál es la problemática (…) Trabajamos con un otro social, que vive de una determinada manera. Tenemos que estudiar, aprender y pedir al otro que nos cuente qué es lo que quiere”.
En ese sentido, el recorrido académico que propone este espacio intenta bajar un discurso, que luego será interpretado por ese otrx. "Lo público es muy importante. La calle es dinámica, a veces cuando las palabras no alcanzan son importantes las imágenes (…) si el mural es una marca, el que lo ve tiene que darse cuenta dónde está".
La Cátedra se abrió en Chiapas, México, pero no se pudo instalar en otros lugares de la región por el avance de gobiernos de derecha que, probablemente, no quieran brindar fondos para que este tipo de enseñanzas se pueda lograr: "en el sistema que vivimos, este es un arte que no se vende (…) no tiene un valor que entra en el sistema. Nosotros siempre estamos ahí, por eso nos corren o hay miedo de lo que irán a decir. Se está armando mucho museo a cielo abierto de mural para que haya museos callejeros. Y no tiene un valor. Las obras de otros artistas, tienen un valor, hay un mercado, entran en el sistema"
Esta carrera, aprobada nuevamente en 2006 por el Ministerio de Educación, fue reconocida a los diez años de su reapertura y le permitieron realizar murales institucionales en las facultades de Trabajo Social, Arquitectura y Comunicación Social y Periodismo.
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