Nicolás Salas presenta el libro "Barro", un exhaustivo trabajo sobre las organizaciones piqueteras, donde el autor observa sus prácticas, limitaciones y su potencia política.
“Es un trabajo más de debate y balance de los últimos años, pasando por Macri, también por Alberto Fernández, y tomando el guante del debate del sujeto de la economía popular, que tiene décadas y que en los últimos años ya ha hegemonizado una concepción”, explica su autor Nicolás Salas.
"Barro. Apuntes sobre poder popular, organización y movimientos sociales", nos introduce en los procesos más cercanos del devenir de los movimientos territoriales, sobre todo lo ocurrido durante los tres gobiernos, de distinto signo político.
En charla con Los Mundos Posibles, Salas describe que desde las organizaciones “hemos logrado un desarrollo y jugar un rol importante en la agenda política del país, que no es poco si pensamos que los movimientos surgen en el 96, también se logró que construyan una referencia propia en la política, en lo social y en la discusión de la pobreza”.
Sobre los actores centrales de la política que abarca el periodo cronológico del libro, el entrevistado explica que “las organizaciones han tenido distintos momentos de acumulación de poder, pero creo que en últimos dos años del gobierno de Cristina ya cambia la etapa de cómo se da ese proceso y en el caso de Macri lo que queda expresado es la masividad y la masificación de nuestras organizaciones, entendiendo que había un modelo económico y un plan de desarme total del Estado”.
En ese sentido, Salas amplía que “en la estrategia hegemónica del Macrismo había una pata que era la contención social, entonces mientras se cerraban pymes a lo loco, abrían la canilla de los planes sociales, contradictoriamente por parte de una gestión que se llamaba a terminar con eso, y fue uno de los gobiernos que más planes entregó”.
“Después Alberto Fernández duplica los padrones y ese crecimiento, si bien tiene un montón de aspectos positivos en el desarrollo de nuestras organizaciones, también empieza a desvirtuar parte de sus definiciones históricas, el crecimiento acelerado de los movimientos hace muy complicado metabolizar los debates políticos en los territorios”, completa.
A modo de cierre, Salas se refiere a las consecuencias que trajo la entrega indiscriminada de programas sociales a las organizaciones: “Hay un aspecto positivo de lograr el desarrollo, sin esa apertura, lo pienso en mi organización, no hubiésemos podido desarrollarnos en un montón de provincias que lo pudimos hacer por disponer de ese recurso que le ‘sacábamos’ al Estado, como cooperativas rurales en Formosa, es una contradicción en la que nos movimos y en algunos lugares nos permitió llegar”, y concluye: “Si hubiésemos tomado otro tipo de decisiones el problema lo tendríamos igual, porque creo que estamos en una etapa histórica donde el desarrollo de la conciencia de clase de los sectores populares va muy lento”.