Isabel de Gracia, junto con 22 ilustradoras y colaboradores, realizó un mazo de cartas basado en los paisajes que representan esta cuenca.
"Un paseo por el arroyo El pescado. La Plata, Berisso y Magdalena" es un juego de 50 cartas y una cartografía de la cuenca impulsado por Isabel de Gracia en conjunto con investigadores, artistas y vecinos de la zona. El arroyo abarca desde Ruta 36 hasta el Río de la Plata y está declarada zona protegida.
"El arroyo por suerte tiene muchísimos defensores. Tiene un trayecto bastante largo, más o menos de 40 kilómetros, y en todo ese trayecto va atravesando distintos barrios como Las luciérnagas en Arana, Correas, Garibaldi, Sicardi o Los Talas. Y en todos los lugares vas a encontrar gente que lo está defendiendo: organizaciones, naturalistas", cuenta Isabel.
Se trata de un trabajo colectivo que involucró dibujos en acuarelas de 22 ilustradoras de la región y rescata flora, fauna y postales de ese territorio. "Fui investigando, leyendo, juntándome con gente que colaboró. Creo que el conocimiento no es solo de los profesionales o la gente especializada en alguna disciplina, sino que nos tenemos que apropiar. Así que, bueno, un poco googleando, un poco con ayuda, un poco investigando, fui armando la lista de aves, de animales, de plantas, y así se armó el mazo", relata.
Las cartas tienen 4 colores que identifican cada zona o bioma y cada color (asociado a un palo de baraja española), a su vez, 12 especies diferentes de organismos vivos no humanos: Azul (oro): arroyo y humedal; Verde (copa): monte ribereño, Ocre (espada): talar y Verde amarillento (basto): pastizal.
"Un paseo por el arroyo El pescado" forma parte del proyecto "Habitar nuestro territorio. La Plata, Berisso, Ensenada", que ya editó un juego vinculado con la flora de Berisso y otro con árboles platenses. "La idea es generar afecto por los lugares donde vivimos, por las cosas que están ahí -que vuelan o caminan-. Pasar de la visión global a la visión local", suma en diálogo con Falsa modestia.
El formato de cartas lo eligió luego de compartir jornadas de juego con su nieto. "Él tenía un mazo de cartas de pájaros, él es uruguayo, eran pájaros de ahí, de la zona. Yo había hecho un curso de Ilustración Botánica y tenía ganas de empezar con lo de mostrar a los vecinos los árboles de la vereda, con postales, no se me ocurría cómo. Con ese juego con mi nieto, que vi que aprendió un montón sobre los pájaros, digo, bueno, a ver si esto es posible", cuenta Isabel.
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