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María Ofelia Cemborain, una verdadera “obrera del canto”

Es una de las mujeres más importantes que tiene el género chamamecero y -en su homenaje- el 8 de agosto se celebra en Misiones, el Día Provincial de la Mujer Chamamecera. En diálogo con Cacodelphia, repasó una vida musical que comenzó hace más de 50 años.

María Ofelia Cemborain es autora y compositora misionera, reconocida en todo el país como una verdadera “Obrera del Canto”. Registró su primer trabajo discográfico en 1971, después de triunfar en el Festival de Cosquín. Desde entonces ha grabado más de veinte discos, para distintas compañías y se ha presentando en los principales escenarios del país y de la región.

No me siento una referente, aunque cada tanto me lo dicen, sí reconozco que he trabajado mucho, que he caminado y he andado muchos caminos, donde me he enchamigado con la gente y siempre me he sentido orgullosa de cantar lo que canto. No es fácil cantar la música del litoral o cantar chamamé, pero yo elegí ese camino y por ahí continua la cosa”, cuenta en diálogo con Cacodelphia.

En 1971 se presentó en el Festival de Cosquín, donde obtuvo el primer premio como “Solista vocal femenina”. Esa consagración despertó el interés de la compañía CBS que la incorporó, inmediatamente, a la cartelera de artistas y ese mismo año grabó, “La nueva voz del litoral”, su primer material de estudio.

“En 1971 gane Cosquín y grabé mi primer disco, pero comencé mucho antes, cuando era muy pequeña y gane un concurso en ZP5 Radio Encarnación, donde mi madre me llevaba a cantar”, recuerda. “Mi madre ocupó un lugar muy destacado en mi vida y eso siempre se lo he agradecido. Ella fue cantora también y de eso nos hemos enterado de grandes. Mi familia, los Cemboraín, al comienzo, no la aceptaban mucho, porque era paraguaya, imagínate que mi padre no quería, ni siquiera, contarles, que ella cantaba. Al final, termino, poniéndose a todos en el bolsillo y fue la nuera más querida, porque era muy colaboradora, muy especial, muy única. Mi madre era hija de paraguaya y español, entonces cantaba cosas en español y en guaraní. Era un personaje increíble. Tenía su grupo que se llamaba ´Isolina y los arroyos’ y de esto que te cuento, yo me entere siendo ya grande”, señala la artista.

“Fue mi madre quien, siendo chica, me enseñó canciones en guaraní, en tiempos que eso estaba prohibido, porque decían que nos entorpecía la lengua. Aquellas canciones hoy las he olvidado, pero sigo hablando la lengua de nuestros pueblos, y se las he enseñado también a mis hijas”. Algo de estas historias familiares, María Ofelia las está volcando en un libro autobiográfico. “Se trata de historias que son muy ricas, ya que siempre fui muy querida, muy mimada, no supe bien porque, quizá porque los milagros suceden”, relata.

María Ofelia Cemborain es hija de padre correntino y madre Paraguaya, pasó su infancia en Puerto Iguazú, pero había nacido en San Antonio (plena selva Misionera), cerca de las Cataratas del Iguazú. “Yo nací en San Antonio, que es un pueblo fronterizo con Brasil, en una casa de madera, y me trajo al mundo una partera brasileña, que luego fue mi madrina. Al poco tiempo nos fuimos a Posadas y luego volvimos a viajar, fui parte de una familia muy especial, que anduvo siempre buscando su lugar. Y yo fui una niña muy feliz”, repasa.

A los 8 años ganó un concurso de cantantes aficionados y a los 15 ingresó a la Orquesta folklórica de la Provincia de Misiones, dirigida entonces, por el maestro Ricardo Ojeda. “Estuve un año formando parte de la orquesta y es allí donde el canto me atrapo. Y acá sigo hoy, muchísimos años después, atrapada por el canto”, señala.

Mi vida fue muy azarosa”, explica la cantora. “Nunca dije que iba a ser cantante, por ejemplo, eso era algo muy lejano para mí. La docencia llego primero a mi vida, por eso digo que Cosquin fue un milagro. Creo mucho en los milagros. Creo en la magia, en los duendes, en lo que sucede a nivel energético, porque somos energía, este cuerpo que llevamos es solo un embase”, detalla.

“Ese mismo año de la presentación en el Festival de Cosquín, viajé a Buenos Aires sin repertorio y fue el productor quien me fue pasando canciones y así fuimos grabando aquel disco. Yo no quería saber nada, en ese sentido, soy una artista muy extraña, no me quería venir, tenía en Misiones mis alumnos, y recién a la tercera vez que viajaron firme contrato. En julio de aquel año, en las vacaciones de invierno, entonces, grabé mi primer disco”, rememora.

Luego de ese trabajo que se llamo “La nueva voz del Litoral”, llegaron discos como “Costera mi costerita” (1976); “María Ofelia y los Hermanos Barrios” (1980), “Homenaje a las bailantas” (1985) con Guillermo Duro Caneda (Acordeón), Tilo Trevisán (Bandoneón), Héctor Chávez (Guitarra y arreglos), Orlando Ortiz y Alfredo Alonso (Guitarras), y Oscar Sánchez (Bajo); “Chamamé dorado” acompañada por el bandoneonista Tilo Escobar; “La Calandria” (1995), y “Tierra roja” (2001) entre muchos otros

Y vos, ¿por qué cantas chamamé?

María Ofelia llegó a Buenos Aires en 1971, cuando todavía el llamado boom del folklore, no se había terminado de apagar. Tenía apenas 20 años. “En Buenos Aires, conocí a mucha gente y termine de comprender que es más difícil cantar la música del litoral que otros géneros”, relata. “En un comienzo note cierta indiferencia, de los medios de comunicación, de los productores artísticos, de los que arman las fiestas populares y de una parte del público, que no conoce la riqueza cultural que hay en el litoral”, recordó. ¿Y vos, por qué cantas chamamé?, si hay otros géneros, me decían en los inicios, por eso digo que sentí cierta discriminación, cuando salí de mi querida tierra colorada”, afirma.

Y aún hoy desconocen la riqueza cultural y poética del litoral, muchos no saben quién es Linares Cardozo, Julio Miño, Orlando Vera Cruz, de quienes he sido muy amiga, desconocen la obra de Alcibiades Alarcón, Ramón Ayala y Alberico Mansilla. Todavía hay muchos desconocimiento de lo rico culturalmente que es el litoral, por eso hay que seguir trabajando, para dar a conocer todo ese mundo tan rico y diverso. Y porque, entiendo, que la cultura cambia la vida de las personas y nos mejora”, señala la artista que en 1988 fue distinguida por la Secretaría de Cultura de Misiones, como “Representante de la cultural de Raigambre autóctona” y más recientemente en el marco del Festival Nacional de la música del Litoral”, que se realiza en Posadas, se le entregó “El Mensú de oro”, premio por primera vez otorgado a una mujer.

“Hay mucha gente valiosa que vale la pena conocer, muchos que ya no están y hay que reconocerles todo lo que dejaron en pos de la música del litoral. En ese sentido, hay que destacar, por ejemplo, el trabajo que realizó Julián Zini, quien ha tenido un papel preponderante dentro de la literatura de la poesía del litoral, por eso es muy importante no olvidarlo. Tenemos una gran riqueza cultural y sin embargo no nos damos cuenta”, dijo la cantora, autora de obras como “El mate nuestro”, “Dueño del sol”, “Chamamé a Campo Viera”, “Homenaje a las bailantas” y “Para mi gente formoseña”, entre otras.

La Pergolini del chamamé

En 1985, María Ofelia comenzó a difundir el cancionero litoraleño a través de la televisión y de la radio. “Siempre difundí el chamamé y la música del litoral, por eso me echaban de toda partes, porque para los gerentes de programación eso era una cosa rara”, explica. La cantora desarrolló su costado comunicacional en Radio América, en Radio Excelsior, Radio Nacional, en Radio Municipal, donde estuvo ternada dos veces para el Martin Fierro y en Nacional Folklórica.

“En cada uno de esos programas difundí nuestra música, que es muy diversa, ya que dentro de la música del litoral, el chamamé, es lo que más se ha destacado, pero tenemos muchos ritmos, como el rasguido doble, el valseado, el chotis, el gualambao, la galopa, la chamarrita y yo los he cantado y difundido a todos”, cuenta.

"somos ricos culturalmente y debemos sentirnos orgullosos de esa diversidad”

Al abordar la canción misionera, el ritmo característico de Misiones y los rasgos comunes, con otros géneros de la música tradicional de la región, María Ofelia no dudó en considerar, que la diversidad sonora, es la característica misionera.

“Somos los que vinieron de diferentes lugares, los que estaban aquí y en los últimos 20 años también, somos todos aquellos que llegan a estudiar a la provincia. De ese modo hoy en una peña en Posadas, por ejemplo, se pueden escuchar músicas de Salta, de Tucumán y de Santiago del Estero. Misiones es eso, la diversidad”, expresa.

“No nos tenemos que sentir menos que otros, en cuanto a la autenticidad, tenemos muchas vertientes musicales, porque somos ricos culturalmente y debemos sentirnos orgullosos de esa diversidad”, dice.

“En un momento me llamaban ‘la Pergolini del chamamé’, porque iba detrás de un programa de rock, por donde paso Isaco Abitbol, otro hombre de perfil muy bajo, y donde hablaba y difundía artistas como Lucas Braulio Areco, Raúl Barboza, Antonio Tarrago Ros, Fermín Fierro, Vicente Cidade y Luis Ángel Monzón, entre otros. ¿Por qué crees que me echaban de todas las radios?. Porque hablaba y difundía artistas que para ellos eran indescifrables”, dijo.

Mujer chamamecera

La Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones, por iniciativa de la diputada Silvia Rojas -quien contó con la colaboración de la subsecretaria de Cultura, Amira Rojas, y la directora de Letras de la Provincia, Numy Silva-, instituyó como Día Provincial de la Mujer Chamamecera el 8 de Agosto de cada año, en conmemoración al natalicio de la cantante y compositora.

Antes de aprobarse la ley, Amira Rojas, la Subsecretaria de Cultura de la Provincia expresó que el propósito es “reivindicar la vida y la historia de una mujer que es un emblema para la cultura argentina. Ella reivindica en su vida la lucha de todas las mujeres de la música por la equidad”.

“Si bien Joselo Schuap – Ministro de Cultura de la Provincia de Misiones - me había avisado que estaban trabajando para que esto se concrete, debo decir que me sorprendió que sucediera”, expresa.

Como parte de la celebración, la normativa, además, instituyó la realización de actividades artísticas, de la cual deben participar todas aquellas mujeres que realizan su aporte a la cultura regional, teniendo como ejes fundamentales la igualdad de oportunidad y la diversidad. Por otra parte, la ley estableció, además, la creación del rubro específico de Mujeres Chamameceras en el Registro de Trabajadores de la Cultura de Misiones.

“Claro que este reconocimiento me enorgullece, pero no me envanece, lejos de eso, siempre cultive un perfil bajo y agradecí cada día las cosas que fueron sucediendo, sabiendo que las que no suceden ya llegaran. Por eso me sigo preparando, ayer tuve mi clase de fonoaudiología, anteayer mi clase de gimnasia, es decir a pesar de mis años, yo siempre estoy preparada”, dice.

La novia del Paraná

Ramona Galarza fue para María Ofelia, una de las figuras más importantes del género. “Fuimos muy amigas y creo que nadie la puede imitar, era una voz única y nos marcó el camino a todas. Ella sí que fue una gran referente”, señala.

Nacida en la Ciudad de Corrientes bajo el nombre de Ramona Modesta Onetto, la cantora fue una referente indiscutida de la canción litoraleña. Grabó más de 40 discos, donde popularizo clásicos como “Merceditas”, “La vestido celeste”, “Galopera” y su versión en guaraní de “Kilómetro 11”. Además, participó de filmes musicales y trascendió las fronteras al punto de ser reconocida no solo en América latina, sino también en Estados Unidos, en donde realizó actuaciones en el mítico Carnegie Hall de Nueva York. La última presentación de Ramona Galarza, fue en la Fiesta Nacional del Chamamé, en el Anfiteatro Cocomarola de Corrientes, su provincia natal, en enero de 2020.

“Para formar parte de esa fiesta de la cual hacía muchos años que no participaba, puso como condición que la acompañe en el escenario; ´quiero que María Ofelia me acompañe’, les dijo a los integrantes de la comisión del festival y yo casi me morí. Todo el mundo creyó, entonces, que le estaba haciendo un homenaje y no fue así. Muchas veces le pedí que me dejará homenajearla, como ella se merecía, con muchos artistas cantando las canciones que ella hizo famosas y nunca quiso”, afimra.

El 22 de enero de 2020, sobre el escenario Osvaldo Sosa Cordero, juntas interpretaron clásicos del chamamé como "Sargento Cabral", "Soy", "Km 11", "Panambi" y "Lucerito Alba", entre otras. "Gracias a la gente que ama esta hermosa fiesta y que me convocó, yo voy a seguir cantando", dijo entonces Ramona Galarza, muy emocionada. “Ensayábamos en su casa, y deje que ella eligiera el repertorio y esa noche se emociono mucho, pero no tenemos ningún derecho de decir ni mu, como decimos comúnmente, de Ramona Galarza, quien fue un ejemplo de persona, de profesionalidad, de fuerza, una referente que nos marco el camino a todas”, dice.

La máxima estrella del chamamé, conocida popularmente como "la novia del Paraná", murió el 22 de septiembre de 2020 a los 80 años. María Ofelia, junto a un grupo de cantantes, instrumentistas, autoras, compositoras, productoras y gestoras culturales vienen impulsando que el 15 de junio, día del nacimiento de la artista, sea considerado el Día Nacional de la Mujer chamamecera. “Hasta hoy las autoridades no han escuchado el pedido, quizá estén esperando que se la olvide”, apunta.

“La recuerdo todos los días. Fue alguien que me marcó mucho, con un perfil muy bajo, que se ganó su lugar, cantando bien, con trabajo. Fue una persona muy profesional, muy seria, muy buena amiga, quizá un poco parca, pero una persona buena. Hoy seguimos trabajando para que el día de su cumpleaños, el 15 de junio, sea el Día nacional de la mujer chamamecera, sabiendo que en algún momento, las autoridades escucharan el pedido”, concluye.

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