Las historias de Martín y María Emma, describen una tragedia transversal a los barrios. Ambos comparten sus experiencias a 11 años del hecho que marcó un antes y un después en La Plata.
“De alguna manera he aprendido a ordenar los recuerdos y ya no duelen tanto, no me angustian tanto, salvo en algunos momentos como las lluvias de semanas atrás, que vuelven a traer alguno de esos momentos más difíciles a la memoria, pero los he acomodado los recuerdos y así me ayudan a pensar”, rememora Martin Luna, periodista y conductor de Cacodelphia, programa que se emite por Radio Futura de lunes a viernes a las 22.
“En ese entonces estábamos de cumpleaños, hoy lo estamos de nuevo, de una mis de sobrinas, que cumplía 9 años, hoy 20. Lo primero que recuerdo son esas lloviznas interminables, estábamos en casa de mi mamá, hasta que en un momento empieza a entrar el agua por debajo de la puerta", cuenta en Los Mundos Posibles.
La propiedad que describe el entrevistado fue de las primeras que se construyeron al calor de un inminente barrio nuevo en Ringuelet. Son de estructuras que han quedado viejas, luego empezó la urbanización de las calles y las casas quedaron muy bajas, por lo que cada vez que llueve el agua ingresa por las puertas.
“Al principio no le habíamos prestado tanta atención, pero ya eran cerca de 19 y el agua seguía entrando y subiendo, tuvimos que subir a los chicos arriba de la mesa. Ahí fue cuando notamos que empezó a subir los niveles que no podíamos prever, cuando supera el nivel de los enchufes, uno comienza a preocuparse. Vivíamos cerca de arroyo y aquel día se desbordó. Cuando salimos a calle teníamos el agua en la cintura”, reconstruye.
Pero casos como el de Luna no fueron la excepción, tal como le pasó a María Emma Zapata, vecina de Villa Elvira que recuerda: “En ese momento vivía en la calle más alta junto con calle 99, que están a la misma altura que la Catedral, es la zona rural más alta, es importante porque aún estando a 4 cuadras del arroyo Maldonado parecía ser una zona que jamás iba a inundarse”.
“Que el agua haya llegado a ese lugar fue muy sorpresivo, un lugar de tanta altura, hace que se tenga la dimensión real de lo que fue esa inundación”, considera.
“Cuando el agua empezaba a superar el cordón, tuvimos al alrededor de 80cm adentro de la casa. Corrió más por el costado de la casa que entrando, pudimos tener la puerta cerrada, pero se metía por el baño, por las rejillas, pero no como en la casas de al lado donde rompió los vidrios y llegó a más altura”, relata