El Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata también dio una sentencia de 25 años y una absolución en una causa que duró casi cuatro años. La condena sostiene que se “cometieron los delitos en el marco de un genocidio”.
“En primer lugar cuando hay condenas, y más en este contexto político que estamos viviendo, es para festejar que haya algo de justicia”, destaca Pia Garralda, abogada querellante en la causa que llevó a juicio los delitos cometidos en los centros clandestinos de detención Brigadas de Banfield, Quilmes, Lanús y San Justo, pero advierte: “Sin dejar de lado que estas condenas se llevan a cabo después de 48 años de los hechos”.
En conversación con Los Mundos Posibles, Garralda recuerda que “muchos de los genocidas, en este caso particular cuando se inició la causa eran 18 y llegaron a juicio 12, así como también compañeros y compañeros que murieron esperando justicia, destacar que esto llega un poco tarde, pero fue una condena muy importante”.
“También fue muy importante la participación y el reconocimiento de las compañeras trans travestis, encabezadas por Valeria del Mar Ramírez, que fue la primera querellante y seguido de ellas pudieron dar testimonios seis compañeras que dieron cuenta de una represión particular que tuvo la comunidad LGTBI en la última dictadura”, resalta.
“La Plata fue un centro de muchos compañeros detenidos y desaparecidos, también fue un centro de mucha organización de lucha de estudiantes, obreros, militantes barriales”, recuerda la abogada.
Los represores condenados a cadena perpetua, por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar contra 607 víctimas, son Roberto Armando Balmaceda, Horacio Luis Castillo, Jorge Antonio Bergés, Federico Minicucci, Carlos Maria Romero Pavón, Jaime Lamont Smart, Juan Miguel Wolk, Guillermo Domínguez Matheu, Carlos Fontana, Jorge Di Pasquale.
Alberto Candioti fue condenado a 25 años y Enrique Augusto Barre resultó absuelto
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