El grado de incertidumbre entre el gigante asiático y nuestro país incluye desarrollos estratégicos clave, como las represas en Santa Cruz y el swap. Si el Gobierno de Milei sigue tensando la cuerda podría haber represalias.
“La historia de las represas Néstor Kirchner y Cepernik en Santa Cruz es muy laberíntica, es la obra más importante que tiene China fuera de su territorio. Se presupuestó en un primer momento en 4700 millones de dólares”, cuenta Alejandro Palombo, licenciado en Ciencias Políticas.
El proyecto empezó en 2013, durante el segundo mandato de Cristina Fernández. Ya en la gestión de Mauricio Macri, la obra fue puesta en pausa con altos costos de intereses. Con Alberto Fernández volvió a funcionar, pero con el financiamiento mínimo.
En diálogo con Los Mundos Posibles, el columnista explica que “tiene más de 10 años de idas y vueltas, no sé si los chinos pensarán que tomaron la mejor decisión, veremos cómo termina esta historia, porque es de final de abierto”.
“Ahora el Gobierno de Javier Milei tensó la situación hasta llevarlas a un punto de empezar a caminar el camino del no retorno. Todavía no cruzamos la línea, pero no fue muy auspiciosa su campaña respecto a su opinión con China, de que no negocia con comunistas”, recuerda.
“Lo que empezó a colmar la paciencia de los chinos fueron los coqueteos con Taiwan. Luego que Mondino se reuniera con la representante taiwanesa en Argentina, es poco entendible en términos diplomáticos, porque no es solo que China no los reconoce, no hay países importantes que los reconozcan como país independiente, inclusive Estados Unidos", destaca.
“China aprieta, pero no ahorca todavía. Si decide ejecutar su clausula puede demandar al país por 30 mil millones de dólares. 18 mil millones por el swap, 4.7 mil millones por las represas y los punitorios de Belgrano Cargas suman 10 mil más prácticamente”, desglosa.
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