Fue reconocida como la actriz más aclamada del mundo antes del nacimiento del cine. La relevancia artística de una mujer que se construyo a sí misma queda de manifiesto en la pieza teatral dirigida por Nina Rapp y protagonizada por Soledad Oubiña.
Mujer en llamas busca rescatar y traer al presente a Sarah Bernhardt, “una grandísima artista y un ser humano extraordinario que buscamos reflejar con sus perversiones, sus dudas, sus angustias y sus desgracias”, señala Nina Rapp, dramaturga y directora de la pieza estrenada el pasado 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer.
“La obra se fue armando durante la gira que realizamos con el grupo presentando ´No es Hamlet´, donde yo hacia la música en vivo y Eugenia Llanos, Maxi Junquera y Omar Musa subían a escena dirigidos por Soledad Oubiña. Como teníamos algunos momentos libres y estábamos siempre juntos, se daban charlas y lecturas donde comenzamos a pensar en esta puesta en escena”, cuenta Rapp. “Vueltos de esa gira le propuse a Soledad, conocer algo de la historia de Sarah Bernhardt, un personaje fuera de serie y de ese modo comenzamos a investigar su vida”, suma en diálogo con Cacodelphia.
Esta nueva producción del Grupo Barataria nos enfrenta a una famosa actriz escribiendo su biografía. Con dirección general y música en vivo de Nina Rapp, y protagonizada por Soledad Oubiña, da cuenta de la célebre actriz francesa que encontró en el teatro su propia identidad y los motivos para subsistir.
Sarah Bernhardt fue -además de actriz, directora, empresaria, escultora- un ícono de la moda, que tuvo un pasado de cortesana y hoy es considerada como la "primera celebridad" global. Henriette Rosine Bernard nació en París en 1844 y murió en la misma ciudad el 26 de marzo de 1923. “Sara fue en su momentos adorada por el público de todo el mundo, por sus actuaciones, pero también porque fue una artista en todo sentido, era escultura y sus esculturas son maravillosas, fue pintora, escribía y realizaba sus propios espectáculos de manera independiente”, contó Nina Rapp. “Nosotros ponemos en escena a una mujer que se ha reinventando continuamente”, relató la directora, dramaturga y pianista, hablando de una de las mujeres más famosas del mundo de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
“Sara –agrega el dramaturgo Omar Musa- logró sobreponerse a todas las circunstancias que le toco vivir desde su propio nacimiento, porque ella es hija de una cortesana de Paris que ni bien nació la abandonó en manos de una cuidadora, de donde la termina rescatando. El duque de Morny, hermanastro de Napoleón III y quien se supone es su padre, y se hizo cargo de su educación. De ese modo ingresó en el prestigioso teatro de la Comédie Française”. Y aclara que retoma la vida de una mujer que triunfó en todo el mundo, que tuvo un poder extraordinario y que no se doblegó ante la adversidad ni cuando le amputaron una pierna.
“Fue una artista que protagonizó muchas de las obras teatrales francesas y clásicas más populares del momento. Fue cortesana de lujo, estableciendo relaciones amorosas con varios miembros de la aristocracia europea; con uno de ellos tuvo un hijo ilegítimo a la edad de 20 años. Fue la primera mujer en recorrer los cinco continentes, generó su propia compañía y compró su teatro, que al declararse en 1870 la guerra franco-prusiana, lo convirtió en hospital. Además, apoyó a los comuneros de París que pelearon contra el gobierno francés, por una Francia distinta y revolucionara, que tenga en cuenta al pueblo”, suma.
Luego de mucho trabajo de investigación en torno a la vida de un ser excepcional, la obra presenta a una actriz que retorna al espacio donde alguna vez fue. Entre recuerdos, despliega su biografía pero la conciencia libra su batalla dentro de su frágil cuerpo hasta vencer la resistencia. Las mil vidas de esa mujer, nacida a mediados del Siglo XIX, son interpretadas admirablemente por Soledad Oubiña, quien solo tiene en escena ropas y trapos viejos, que terminan por acentuar aún más, lo que ella dice a través de la palabra y la gestualidad de todo su cuerpo. “Soledad tiene una cantidad de recursos de todo tipo, vocales, físicos e histriónicos que le permiten ir de la ironía y comicidad a un lugar de profunda dramaticidad, de ese modo da cuenta de una vida intensa, rica, solidaria y de carácter revolucionario que en este momento llega para decirnos que no debemos bajar los brazos”, explica Rapp.
Con asistencia de dirección y luces de Omar Musa y fotografía de Loana Manuel, la obra continuará en cartelera durante los viernes de marzo en La Mercería Teatro, sala ubicada en 1 entre 36 y 37, siempre a las 21.
Escuchá/Descargá la entrevista completa