El filme detiene su mirada sobre el ciclo Dilda y la colonia Chicas amplificadas, dos espacios exclusivamente pensados para fomentar la participación de chicas en la música.
“Nos pareció super importante visibilizar y amplificar, como dice el nombre de la película, estas voces para que otras infancias y otras jóvenes sepan que ciertas cosas se pueden hacer, o sea, tocar, subirse a un escenario, estar en lugares que normalmente para las mujeres y las personas LGTBIQ+ suelen ser espacios difíciles de ocupar”, resume Verónica Facchini, que junto a Sonia Berttoti dirigen el documental Amplificadas.
La película se sustenta sobre dos experiencias que conjugan la participación de mujeres y diversidades en la producción de música en vivo: La Dilda - Domingo Feminista y la colonia Chicas Amplificadas.
A la hora de explicar qué fue lo que las cautivó del ciclo Dilda y las llevó a emprender un registro audiovisual que eventualmente conduciría a la producción de la peli, Facchini dice que fueron varias cuestiones: “Esa energía muy linda, esa forma de relacionarse, de apoyo, de hacer fuerza, entre las personas que iban como público y las que estaban en el escenario, es la idea que tiene Chicas amplificadas también, la canción que es el leit-motive de la película, es la canción de la colonia y se llama "Juntas es mejor", y tiene ese espíritu, al unirse las cosas se pueden enfrentar de otra manera, con alegría y divirtiéndose también”.
El ciclo Dilda se llevó a cabo entre 2016 y 2020 en el bar Ladran Sancho de Almagro, significó una apuesta fuerte a generar un espacio para la música hecha por mujeres cis, lesbianas, travestis, personas trans y no binarias. Por su parte, Chicas amplificadas es una colonia de rock orientada a niñeces y adolescencias donde se comparten todos los conocimientos necesarios para tocar en vivo, desde el diseño de un afiche hasta la composición de una canción.
La novedosa propuesta de Chicas amplificadas sirvió de inspiración para que Bertotti y Facchini terminaran de darle forma al documental: “Es una experiencia asombrosa, te llena de adrenalina y de esperanza porque, en una semana, unas niñas, unas adolescentes que por ahí nunca tomaron en sus manos un instrumento, que nunca cantaron, logran crear una banda, con el nombre, hacerse su remera y escribir una canción, además de participar de otros talleres”.
“Es importante visibilizar las problemáticas que implica la discriminación del hetero-cis-patriarcado, pero nosotras, lo que quisimos hacer fue mostrar qué alternativas hay, qué soluciones hay, cómo se pueden transformar las cosas y hacerlo desde un lugar de placer y de disfrute, que es la música”, expresa la directora al cierre de esta entrevista.
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