Nahuel Morandini pasó 53 días detenido por hacer un chiste sobre la pareja de Gerardo Morales, ex gobernador de Jujuy. En esta charla exclusiva con Radio Futura, cuenta que lo peor no lo vivió en los días que estuvo preso sino después de ser liberado.
Luego de pasar más de cincuenta días privado de su libertad por twittear un chiste sobre la pareja de Gerardo Morales, Nahuel Morandini está libre, aunque sigue procesado.
“Nunca me imaginé terminar preso, mucho menos por esos motivos, las condiciones y el tiempo que pasé”, asegura en Los Mundos Posibles. El docente es detenido el 4 de enero, la Justicia le adjudica figuras utilizadas para delitos de lesa humanidad.
Sin embargo, explica que no era consciente de la situación en ese momento, toma real dimensión el día después, cuando tiene la primera audiencia, y recuerda que días antes de su detención: “Veníamos denunciando que había movimientos raros en relación a mi domicilio, vivo en una zona rural, de muchos vehículos que pasaban, que paraban, pensamos que nos estaban marcando la casa para robar, pero después se presentaron de civil y me llevan”.
A Morandini lo detiene personal de civil en su domicilio: “Ahí tomo noción de lo que se estaba armando, una cosa desmedida e injustificada, sin ningún tipo de argumento donde te descubrís impotente y además imposibilitado de decir nada”, describe.
La liberación se da el pasado de 26 de febrero, luego que el caso tomara alta relevancia pública. “Uno lo vive con alegría, pero también con la tensión y el nerviosismo que me provocó, porque son aspectos en la vida que no tuvieron presentes, sobre todo la demanda de prensa”, relata.
El entrevistado se refiere a Gerardo Morales: “Por qué tanto encono con mi figura, todavía no me lo logro explicar, es la personalidad y el desquicio de estas personas de demostrar el poder absoluto y la impunidad que manejan, el control que tiene que sobre los poderes del Estado y dejar un mensaje mafioso del estilo ‘aquí nadie va a hablar de mí’, porque le va a pasar lo que le pasa a esta gente, pero por suerte la sociedad reaccionó”.
Por último, Morandini habla del “pensamiento trágico”, como una sentimiento que “no se puede evitar, no lo tenía dentro del penal pero lo tengo afuera, pensar que te pase algo a vos, a tu familia, a tu amigo, algo intencional, cuando salgo miro para todos lados”.
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