La autora desarrolla una voz propia, sostenida en una interminable serie de monólogos internos, para introducir al lector deliberadamente en terrenos difíciles.
"La forma en que trabaja la lengua es densa, sus primeras novelas tienen complejidad, pero no una complejidad de dificultad, no es una lectura difícil de explorar sino que hay una densidad en cuanto a ciertos temas que toca", introduce el columnista literario Matías Esteban sobre la obra Ariana Harwicz.
Esteban se refiere a Matate, amor (2012), La débil mental (2014) y Precoz (2015), las tres primeras novelas publicadas por Harwicz, un conjunto de tres novelas breves, que rondan las 100-120 páginas cada una, y que le valieron no sólo el interés del público y los críticos sino también la atención editorial del sello Anagrama. Los temas en cuestión son los aspectos más incomodos de la vida conyugal, que van desde el infanticidio hasta el incesto.
A la hora de describir la forma y el contenido de Matate, amor, el columnista dice que "hay una primera persona que está hablando y monologando casi todo el tiempo de forma invariable durante toda la novela, porque se mezclan otras voces, también en primera persona, pero es un monologo constante, un recorrido por esa mente y esa voz que van creando ese mundo de una mujer que está metida en un espacio geográfico campero, donde ella es una extranjera que está totalmente desacomodada, en un malestar constante de su vida y de su maternidad, que es una maternidad impuesta".
"Esto no es gauchesca, pero hay algo de esa mirada, una mirada que es distinta, es otra, casi desde la barbarie. De hecho, es todo un recorrido desde la civilización a la barbarie, hay una salida hasta irse de la palabra y convertirse en una especie de animal. Y hay una violencia constante, de la mirada que acecha a su propia familia y, de momentos, hasta a su propio cuerpo", completa Esteban.
Como resultado de una comparación, el columnista sostiene que la historia, la narración y las acciones que se llevan adelante en La débil mental: "Están mucho más disueltas. Por momentos hay derivas y llegamos a lugares casi liricos, aunque también tiene mucha violencia del lenguaje, donde podemos descansar. En las imágenes que trabajas nos encontramos con pequeñas piezas poéticas, ahí podemos respirar, aunque sea una especie de ciénaga es amena. A diferencia de Matate, amor donde todo el tiempo estamos como en una especie de neurosis".
En 2022, las editoriales Anagrama y Mardulce ensamblaron las tres novelas en un mismo volumen bajo el nombre de Trilogía de la pasión. El director de cine Martin Scorsese compró los derechos de su obra para adaptarlas a la pantalla grande y ya está en progreso la primera parte, llamada Die, mi love, dirigida por Lynne Ramsay, con la actuación de Jennifer Lawrence.
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