Un documental que habla sobre la situación de las mujeres encerradas en el hospital psiquiátrico Dr. Alejandro Korn “Melchor Romero”.
El marco de una nueva edición del Festival de Cine Latinoamericano de La Plata se proyectó Cruzar el muro (Historias para salir del manicomio), un documental que habla sobre la situación de las mujeres encerradas en el hospital psiquiátrico Dr. Alejandro Korn “Melchor Romero” en la ciudad de La Plata.
“El documental cuenta la historia de tres mujeres que han sido institucionalizadas durante muchos años y que no han tenido otro vínculo que no sea el propio manicomio y que hoy están buscando cambiar su perspectiva de vida y reconstruir ciertos vínculos que les permita sostener una vida afuera”, explica Fabio Vallarelli, abogado especializado en Derechos Humanos (UBA), Realizador Cinematográfico (IDAC) y Docente, que junto a Mercedes Escusol, Comunicadora Audiovisual, especializada en Dirección (UNA, Buenos Aires), y Productora Audiovisual, realizó este documental.
En Melchor Romero se encuentra el hospital neuropsiquiátrico Alejandro Korn, está rodeado por un gran espacio verde donde a primera vista no se ven las salas de encierro. La necesidad y la urgencia de registrar un lugar como este y a sus usuarias se hace visible en Cruzar el muro. Lorena vive en el neuropsiquiátrico desde hace más de 20 años, le encanta cantar y actuar. Agustina también vive allí y le gusta pintar. Ambas tienen el deseo de salir del hospital, de vivir en otro lugar. En cambio, Norma vive en Capital Federal, se externó hace un tiempo y vuelve al hospital para ser parte de un mural y visitar amigas. El deseo de externación es de todas, hay un cambio que está latente cuando parece que nada cambia.
El origen del documental tiene que ver con un informe conjunto realizado por el Centro de Estudios Legales y Sociales, la Comisión Provincial por la Memoria y el Movimiento por la Desmanicomialización en Romero sobre la situación de las mujeres encerradas en el hospital. “El proyecto nació con la idea de visibilizar a través de las voces de las propias usuarias lo importante y lo difícil que es lograr salir del hospital, generar otras redes de contención, aprender a socializar de otra forma y comenzar a vivir sus vidas con una dinámica diferente”, remarca en diálogo con Cacodelphia.
“La mayoría de estas mujeres vivieron gran parte de sus vidas en el hospital y con otra lógica respecto de la salud mental donde, según sus propios testimonios, durante gran parte del encierro les negaron muchas cosas que para nosotros forman parte de nuestras cuestiones cotidianas, como puede ser la sexualidad, el estudio y la posibilidad de manejar tu propio tiempo”, cuenta Vallarelli. “Hoy, afortunadamente, la perspectiva de un manicomio y de una persona allí institucionalizada es muy diferente a la que era hace 30 años cuando ingresaron Lorena, Agustina y Norma”, suma.
“Si bien hoy el hospital no está cerrado hay un proceso en el cual de a poco se van generando externaciones, buscando que las personas que hacen muchos años están allí, puedan ir encontrando otro lugar para cuando llegue el día de que efectivamente el servicio crónico se cierre. A partir del documental, entonces, damos cuenta de lo necesario y lo difícil que eso puede ser y también de la necesidad de construir redes para estar mejor, porque ninguna quiere seguir en el hospital, todas quieren construir una vida afuera, cruzando el muro. Además, contamos el trabajo que se hace desde el hospital y desde el Movimiento por la Desmanicomialización en Romero, para que cuando salgan tengan los recursos necesarios, para no tener que volver a ser institucionalizadas”, agrega.
En 2010 se sancionó en el país la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 cuya reglamentación fue aprobada en 2013. Establece, entre otras cosas, como meta la sustitución total de los hospitales psiquiátricos monovalentes por dispositivos centrados en la comunidad. “Falta mucho todavía para lograr eso que expresa la Ley, pero lo que sí es importante destacar, es que hay un cambio de paradigma con relación a cuál tiene que ser la perspectiva con la que trabajan las personas vinculadas con los dispositivos de salud mental y cual tiene que ser la perspectiva de quienes son usuarios de esos dispositivos. Ese cambio de lógica implica que hoy, por ejemplo, no puede haber o no debería haber personas internadas contra su voluntad, sin ningún tipo de revisación periódica. Entonces esto ya implica un cambio rotundo”.
“Seguramente hay una parte de la sociedad que puede todavía no comprender del todo lo que implica aceptar la diversidad y entender que existen diferentes formas de relacionarse y comprender que una persona puede tener algún tipo de padecimiento de salud mental y que ese padecimiento, que puede ser transitorio o no, o puede formar parte de su personalidad, no lo inhabilita a trabajar, ni a tener seres queridos, ni a tener un plan de vida. En ese sentido, creo que hoy ya no es aceptable depositar a una persona durante 30 años y privarla de la posibilidad de realizar actividades sociales o vincularse con otras personas, hay un consenso social, que determina que esa no es la manera adecuada de trabajar o de abordar padecimientos de salud mental”, reflexiona.
Cruzar el muro (Historias para salir del manicomio) fue presentado en el marco del Festival Internacional de Cine Político y recientemente formó parte de la competencia La Plata filma largos dentro del FESAALP. “En cada una de las presentaciones la proyección fue acompañada de un debate posterior, necesario para seguir reflexionando y construyendo salud mental comunitaria. El documental no tiene más aspiraciones que transmitir el testimonio de las protagonistas, para abrir una discusión sobre la salud mental, para dar cuenta de cómo es la vida de estas personas, que anhelos y que deseos tienen y como eso se plasma en su vida diaria”, dice.
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