Inspirada en hechos reales, G.A.R.S.O es una obra teatral que invita a reflexionar sobre los discursos violentos y la discriminación.
G.A.R.S.O. (Gastar aire repartiendo solamente odio) es una obra inspirada en varios hechos reales recientes, pero particularmente en el caso de notoriedad pública ocurrido en 201: el secuestro, desaparición y asesinato del prefecto Octavio Romero.
“Toma varios hechos reales de violencias y discriminación contra la comunidad LGBTQ, pero se centra en el asesinato de Octavio Romero quien, iba a ser el primer miembro de una fuerza de seguridad que iba a contraer matrimonio con otra persona del mismo sexo”, cuenta Martín Filiberti, director y dramaturgo de esta pieza teatral.
“Al hecho lo conozco de pura casualidad, porque no tuvo mucha resonancia, ya sea por el contexto, por la época, por las instituciones que se vieron involucradas, que hicieron que este caso quedara en un contexto enrarecido. Entonces, a través del archivo, documentos, entrevistas, testimonios, y crónicas fuimos armando la dramaturgia, con mucho respecto, sabiendo que es un tema delicado. No se trata de una biografía, pero sí es un homenaje a ellos, a Gabriel que está vivo y fue a ver la obra, porque fue quien logró que después de diez años, intervenga la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y que el Estado argentino pidiera perdón por lo sucedió”, repasa.
la obra Se presenta este lunes en la Mercería Teatro
El 15 de julio de 2010 se sancionó en nuestro país la Ley de Matrimonio Igualitario. Dicha normativa convirtió a la Argentina en el primer país de América Latina, y el 10mo el mundo en consagrar la ampliación del matrimonio a personas del mismo sexo.
“En junio del 2011, a menos de un año de haberse aprobado la Ley, Octavio pidió permiso a sus superiores para casarse y a partir de dar a conocer que se iba a casar con otro hombre, comenzaron los acosos, los hostigamientos y los distintos tipos de violencia”, recuerda Filiberti.
G.A.R.S.O. (Gastar aire repartiendo solamente odio) cuenta con la dramaturgia y la dirección de Filiberti; la actuación de Gustavo Leiva, Facundo Manuel, Her Müller; la escenografía de Juan Camargo; el maquillaje de María Aldana Bob y la fotografía y la asistencia de Camila Scrivano.
“La obra parte del final de Octavio, de aquello que sucedió la noche del 11 de junio del 2011, de aquel sábado donde estaba por salir a una fiesta de la Facultad, a la que nunca llegó. Gabriel, entonces, a partir de distintos llamados de los compañeros, extrañados porque Octavio no llegaba, va a su departamento y se encuentra con la puerta sin llave, el volumen de la televisión ensordecedor y la casa intacta… pero Octavio no estaba. Seis días después, el 17 de junio, estando en la comisaria, en el noticiero escucha que habían encontrado un cuerpo flotando en el Río de La Plata”, explica.
Partiendo de ese hecho real, la obra recrea ciertas situaciones ocurridas esa noche. "Lo usamos como una excusa dramatúrgica, para hablar del peso de la palabra, dar cuenta de cómo la palabra define, delimita, estigmatiza e invisibiliza”, dice el director a Cacodelphia. “Vemos cómo a partir de un apodo, un vocablo que tiene cierta denotación y que, sin pensar demasiado, comienza a circular e instala un imaginario, donde se establecen valores y estándares sin reparar quien está dentro y fuera de esos valores, quien los cumple y quien no. En definitiva, buscamos exponer cómo el peso de la palabra habilita ciertas violencias”, reflexiona.
“En la obra planteamos la situación de dos personas que, por una decisión de vida, generan un golpe de efecto colateral, que se traduce en una reacción violenta, donde por su orientación sexual, son desterrados de la familia y se ven obligados a escaparse de sus casas. Por eso decimos que tomamos distintos casos reales, como el del bailarín Roberto "Tito" Costilla, a quien, en Salta, unos vecinos molestos por su homosexualidad les partieron las piernas, o el caso de La Chicho Chirinos, una trabajadora sexual que fue asesinada en la puerta de la terminal de La Plata. Tratamos de hablar de esos temas, para dar cuenta que la conquista de derechos no necesariamente garantiza ciertas libertades”, expresa Filiberti.
Sin embargo, advierten que los hechos no están contados de manera literal, "buscamos que a partir de ciertos códigos y de un lenguaje teatral, hacer una obra honesta que nos invite a pensar. A través de un planteo, surrealista o medio onírico, como para que algunos momentos, sean menos chocantes, ya que de otra forma no se podrían representar, porque sería muy duro verlo en una sala, damos cuenta de la violencia que termino con la vida de Octavio”.
G.A.R.S.O. (Gastar aire repartiendo solamente odio) se podrá ver este lunes 19 de junio a las 20hs. en La Mercería Teatro (1 N°210 entre 36 y 37). Las entradas se adquieren por Alternativa Teatral.
Reparación histórica
En 2022, el Estado nacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) firmaron un acuerdo de solución amistosa en el caso de la desaparición y asesinato de Octavio Romero.
“En septiembre del año pasado, cuando la obra estaba comenzando a ensayarse, a partir de la intervención de la CIDH, el Estado argentino, a través de la ministra Sabina Frederic, le concedió un pedio público de disculpa a Gabriel, el viudo de Octavio y se comprometió a una resolución amistosa para avanzar en la investigación. Es decir, el Estado reconoció que no investigo debidamente y que no hizo todo lo necesario para esclarecer el crimen, algo que no había pasado antes y que marco un antecedente muy importante”, detalla Martín Filiberti.
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