Durante su visita a La Plata, la limeña Consuelo Solís contó cómo es su experiencia de relevar proyectos literarios en distintos países.
“Los libros en primer lugar y las bibliotecas”, responde Consuelo Solís a la pregunta de qué la trajo desde Perú a La Plata. La bibliotecaria y periodista limeña está realizando una pasantía en la ciudad: “Vengo especialmente para participar del Taller Amantes de la serpentina en la biblioteca Popular La Chicharra, que funciona los miércoles para adolescentes, en calle 18 y 71". Además, está asistiendo al círculo de lectura semanal para adultos que se desarrolla en la Biblioteca Central de la Provincia de Buenos Aires. “En mi país se les llaman bibliotecas comunales pero no contamos en la actualidad con proyectos sostenibles como los que tiene la biblioteca La Chicharra”, dice durante la charla en De pueblos y caminantes.
“Mi intención es hacer puentes entre los chicos del taller y el club de lectura que está en el centro de Lima; mando videos que grabamos con los chicos sobre los libros que leen, qué les parece, y click! . A veces dibujan, se los mando a una compañera de allá que a su vez los recibe y lo comparte con los chicos. Las video-cartas las llamo”, narra acerca de su trabajo.
Desde 2013, Consuelo participa activamente en proyectos de bibliotecas de “estantería abierta”, rompiendo la antigua concepción de “este libro es mío”, de salir de atrás del mostrador para poder explorar los títulos, ver los contenidos, contar con un catálogo de autores, sólo con una ficha breve.
Estudiando clubes y experiencias de lectura visitó distintos lugares de su ciudad natal, Medellín y Barcelona. También es parte de un proyecto de mediación de lectura que la espera a su regreso en Apurimac y Cuzco, región andina al sur de Perú. Este año se realizará allí un festival de mediadores de lectura locales y narradores orales de Lima y de Costa Rica.
Hace aproximadamente una década, tuvo lugar una gestión de izquierda en Lima y se promueven parques zonales y se construyen muchos centros culturales. Entonces se convoca a muchos artistas y gestores culturales, y ella se suma a esa movida cultural y comienza a participar en bibliotecas municipales. Consuelo se encontraba estudiando y viviendo en la periferia al sur de la ciudad. “Yo vengo a ser una niña semilla”, dice.
Se refirió también al cambio político y de violencia que se vive actualmente en Perú en general -específicamente en Lima- y en particular del cambio de concepción en relación a la privatización de los espacios culturales.
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