Desfachatada, Corina Bistritsky propone reírse de nuestro tiempo a través de pinturas naifs y sarcásticas.
Actriz, escritora y directora de teatro, Corina Bistritsky participó en múltiples espacios a través de las artes escénicas hasta que llegó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. Hasta entonces el dibujo y la pintura habían sido pasatiempos que sucedian cada tanto pero, ante el tiempo y la quietud que impuso la cuarentena, decidió dedicarse de lleno a este arte. Hoy lo reconoce casi como una adicción.
Con acrílicos y acuarelas, Corina retrata la vida cotidiana con cierta ironía y sarcasmo. La neurosis, la ansiedad, la comida, la cama y los arreglos florales, son parte del universo casero que Chica Banquete propone en sus viñetas.
Prolifera en su obra, hoy se encuentra “trabajando en mi primera muestra. Me puse el objetivo de mantener cierta libertad a la hora de armarla. Es como que no me importa el error o si mis dibujos o pinturas quedan desprolijas y feas. Quiero seguir con ese espíritu, no me importe tanto el resultado perfecto”, señaló Corina.
Eso que Chica Banquete llama desprolijo “lo que transmite es cercanía. Esa cuestión de un dibujo rápido, esa sensación de un dibujo al paso, un dibujo justo para este momento. Algo que sale así de forma fluida, natural y genera una cercanía en que es algo que podría hacer uno”, explicó Victoria Ferlan, columnista de artes visuales.
Ver el error, lo “desprolijo”, los colores plenos y el trazo grueso del pincel generan cercanía al brindarle la experiencia y sensación de quien ve la obra, que todos podemos pintar y que todos, alguna vez, fuimos un poco parte del banquete.