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Casa Joven celebra trece años militando la ternura

En la fiesta por el décimo tercer cumpleaños de la Casa, un desfile de voces se turna delante de los microfonos de Futura para compartir distintas miradas en torno a las actividades del espacio y coinciden todas en una misma conclusión sobre la importancia de tener un hogar que las contiene en su diversidad.

Casa joven es parte de la Obra del Padre Cajade que cumple una función social clave: brindar acompañamiento y contención para adolescentes de entre 13 y 17 años. Además ofrecen distintos talleres de formación y esparcimiento orientados hacia las juventudes. El espacio, ubicado en Barrio Aeropuerto, en la ciudad de La Plata, abre sus puertas en 2009 y trabaja de manera complementaria a otras dependencias de la obra como Casa de los Bebes y Casa de los Niños. El sábado 12 de noviembre, desde el mediodía, la Casa se colma de gente con motivo de la celebración de su cumpleaños número 13. Hay una radio abierta a cargo del equipo de Radio Futura, una parrilla humeante en el fondo y la promesa de una tarde excepcional que tendrá la presentación de la banda de La casita de los pibes como broche de oro.

La idea era hacer un espacio para adolescentes, cuando el cura vivía siempre decía "hay que hacer algo para los más grandes", porque a los doce ya no podían ir más a la Casa de los Niños, así que nos empezamos a juntar junto a otros educadores que nos acompañaban. Después tuvimos la suerte de que la familia Martini tuviera esta casa desocupada y pensara que la podíamos ocupar nosotros con ese proyecto. Ahí arrancamos”, rememora Mariana Chaves sobre los inicios de Casa Joven.

Chana, educadora de la Casa, cuenta que se acercó en 2016, pero que esto le parece poco, siente que todavía es nueva dentro de la organización. Además, refiere los planes que tienen para la disposición física del espacio: “Esta es una casa especial donde todos los días se transita mucho, de a poco la fuimos modificando pensando en cómo se habita. Acá funcionan dos talleres en simultáneo, hay un espacio específico para el taller de plástica donde hacemos producciones de vidrio, de cerámica, que es un espacio que es más de recreación y también es donde las compañeras del Productivo de Textil realizan sus producciones”. “La idea es que el Textil dentro de poco pueda mudarse, ya estamos reacomodando el espacio y acondicionando para generar esa mudanza”, completa.

En ese sentido, Ile profundiza los planes de expansión que tienen previstos para mudar el Taller Productivo Manos a la Obra, realizando capacitaciones para montar una línea productiva orientada a la materialización de productos menstruales reutilizables, protectores mamarios y ropa interior, un proceso de preparación al que defino como intenso, pero que “es muy zarpado, más vivirlo con compas que nos vemos en el cotidiano y que mas allá de proyectar una dinámica de laburo nos compartimos y nos contenemos dentro de este espacio”.

El cronograma semanal de actividades que se llevan a cabo en Casa Joven comienza los lunes con un Taller de batucada; los martes funciona el Taller de Jóvenes y memoria, un programa de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que busca trabajar proyectos relacionados a la memoria, los derechos humanos y la democracia; los miércoles son el día de Taller Textil; los jueves toca recreación, donde el único objetivo es divertirse y las puertas de la Casa se abren sin restricciones de edad; los viernes, en cambio, se llevan a cabo dos talleres que funcionan en paralelo, un espacio para pibas y otro para pibes.

Cada viernes, Camila y Emily se acercan a la Casa para asistir al Taller de pibas que sucede en paralelo y en simultáneo a un Taller de pibes, en estos encuentros se abordan problemáticas de géneros, se intercambia y se piensa de manera conjunta. Según lo refiere Emily: “Hablamos sobre cosas que nos ayudan a las chicas día a día, por ejemplo hablamos sobre auto-estima, auto-cuidado, las cosas que nos hacen sentir bien, las cosas que nos hacen sentir mal, sobre menstruación, sobre ESI”.

En el espacio de chicas hay diferentes edades y diferentes opiniones, eso nos ayuda a sentirnos más cómodas, todo lo que hablamos ahí es confidencial, lo que se habla en el espacio de pibas queda en el espacio de pibas, hay mucha confianza, las chicas siempre te van a escuchar y te van a aconsejar”, agrega Camila.

El Taller del que participan Camila y Emily está orientado a pibas, maternidades y diversidades, mientras que el otro invita a pensar las masculinidades en el barrio y todo lo que ello implica.

Que se vengan les chiques de todas partes

Un grupo de chicos y chicas provenientes del Hogar Don Bosco, espacio que funciona en la vecina ciudad de Berisso con un espíritu similar al de Casa Joven, se suma a participar de la jornada. Sofía aprovecha la ocasión para desearle un feliz cumpleaños a todas las personas que participan de la Casa y destacar que “son trece años dándole lindos recuerdos a los nenes, lindos momentos, acá hay muchos talleres diversos para que los nenes se puedan entretener y salir un poco de los malos momentos, éste es un muy lindo lugar para olvidarse de los problemas y tener la infancia que tienen que tener todos los nenes”.

A la hora de explicar por qué le gusta tanto participar del Hogar y de el festejo en Casa Joven, Sofía dice que  “acá hay nenes siendo nenes, viviendo como tendrían que vivir, en algún momento, cuando sean grandes, se van a acordar que estuvieron en Casa Joven y que venían acá y jugaban y podían hacer todo lo que les gustaba, van a decir que acá yo podía hacer lo que quisiera, podía jugar y podía ser yo, es algo muy lindo, esto va a ser parte de la historia de éstos nenes”.

Rumbo a Chapadmalal

Todos los años cuando llega noviembre se celebra el encuentro anual de Jóvenes y memoria, un plenario del programa donde confluyen capítulos de distintas localidades en el Complejo Hotelero de Chapadmalal. Además de compartir unos días de esparcimiento y amistad con grupos de lo más diversos también se exponen sus trabajos, debaten e intercambian ideas y proyectos para el futuro.

Daira es parte del Taller Textil que funciona los martes. Entusiasmada por la proximidad del evento explica que actualmente se encuentran abocadas a la confección de unas remeras, con motivos de Casa Joven y la Obra del Padre Cajade, para cada uno de los que vaya a participar del encuentro en Chapadmalal: “Lo primero que hacemos es un molde, cortar la tela, después cocer y después estampar, estampamos con serigrafía. El año pasado habíamos hecho unas remeras también, este año hicimos cartucheras y ahora las remeras”.

Hicimos un corto sobre el abuso de autoridad de la Policía y los derechos vulnerados de los pibes, lo elegimos porque muchos de nosotros sufrimos algún tipo de violencia de la Policía”, detalló Daira, que además forma parte de Jóvenes y memoria. “Todos quisieran que no pase nada más de lo que está pasando, caminar tranquilos por la calle sin que nadie los miré mal por cómo están vestidos o que digan que ese es pibe chorro”, concluye.

Las semillas de Cajade

Nadie parece recordar con certeza hace cuánto tiempo que Rocío y Agustina llegaron a Casa Joven, si fue hace doce o trece años, las dos venían con un recorrido previo que incluía un paso por Casa de los Bebes y Casa de los Niños. Ahora, devenidas en adultas, ambas siguen participando de las actividades de la Casa, pero desde otros roles. Agustina es educadora y Rocío trabaja en el área de limpieza. Las dos comparten una conciencia común sobre la importancia que tuvo la Obra de Cajade en sus vidas.

Acá estoy en el taller textil y en el Productivo Textil también, le enseño a los chicos a usar las máquinas de coser. En la Casita de los Niños les damos música, hacemos apoyo escolar. Cuando llegué a Casa Joven hicimos un Taller de periodismo, escribimos una crónica sobre la inundación en Baruyo (sección de la revista La Pulseada producida por Casa Joven). Me ayudó a un montón de cosas, me enseño a ser educadora”, cuenta Agustina.

Por su parte, Rocío encuentra diferencias entre cómo se comportaban los pibes y las pibas de su generación respecto a los de ahora. “Éramos muy quilomberos”, recuerda. Sin embargo, hay algo que se mantiene igual al paso de los años, algo que responde a los motivos que la llevaron a acercarse a Casa Joven y que siguen siendo los mismos para nuevas generaciones: “Ahora yo sé qué van a venir a buscar ellos y qué puedo darles a ellos cuando vienen acá”.

A modo de cierre, ambas acuerdan sobre qué es eso que los pibes y las pibas van a buscar a la Casa, respondiendo al unísono: “El abrazo, el cariño, diversión, un mimo, un recreo después del colegio y de su casa”.

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