A pesar de no haber obtenido la reelección, el bolsonarismo se impuso en los 14 estados mientras que Lula se consolidó en 13 restantes. El mapa de un país dividido y polarizado.
El triunfo presidencial de Luiz Inacio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT), con el 50,9% de los votos contra el 49,1% de Jair Bolsonaro, reforzó la tendencia polarizante del país. A pesar de la victoria en 13 estados, el bolsonarismo se impuso en los 14 restantes. Un país dividido políticamente.
“La sensación que hay, en términos de sistema político, es que con Lula y los poderes fácticos más tranquilos se vuelve a las reglas de juego, sería la primera impresión. Los oligarcas que apoyaron a Bolsonaro, mientras tengan presupuesto, ya abandonaron el navío; el partido militar está callado, no hará ninguna aventura más”, analiza el politólogo Bruno Lima Rocha.
En charla con Los Mundos Posibles advierte: “Hay que ver es lo que será la reproducción social en la base de la pirámide con los líderes de las iglesias pentecostales. Es la parte más fuerte del bolsonarismo, la parte callejera es menos peleadora. En general el comportamiento político de la ultraderecha en Brasil muy cobarde”.
Desafíos del Brasil que se viene y nuevo rol del bolsonarismo
Sobre la conformación del Congreso describe que “no va a ser fácil, pero el margen de maniobra de Lula va a ser mayor con acuerdos políticos de lo que se imaginan, y va a intentar tener una agenda positiva cuanto antes para garantizar un apoyo popular mayor, eso viene seguro”.
“Lula corrió a su comité de campaña para hacer un discurso de estadista, ahí estaban los marcos de su próximo gobierno, decir que será un gobierno de coalición, garantizar una movilización social de apoyo, queremos unificar el país, gobernar para todos, no dividir más la sociedad”, concluye.
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