Se estima que en el planeta hay más de un millón de especies de insectos. A través de la entomología se estudia tanto los perjuicios y beneficios de su interacción con el humano.
La Universidad Nacional de La Plata fue sede del XI Congreso Argentino y XII Congreso Latinoamericano de Entomología, donde se llevaron a cabo una variedad de paneles de divulgación de esta ciencia dedicada al estudio de los insectos. Según lo explica Pablo Gigy Gregoret, técnico guardaparques próximo a recibirse de biólogo en la Universidad Nacional de Córdoba, los insectos representan “más de la mitad de los organismos en el mundo, es un grupo muy diverso de formas, pero también de todo, de hábitos y de comportamiento. Hay insectos para todes”.
Entre sus características se resalta un cuerpo segmentado en tres partes, tres pares de patas articuladas y un esqueleto externo compuesto de “pura proteína”. A través del estudio de los insectos se pueden determinar no solo como actúa y está compuesta cada especie sino también como es su relación con los humanos.
En diálogo con Una amiga imaginaria, Pablo cuenta que “la entomología tiene diferentes ramas, se puede estudiar la morfología de los insectos, que son las formas”. De esta manera se estudian las propiedades de ciertos animales para aplicarlos a la tecnología: “Hay unas mariposas ultra negras, de un negro muy profundo, se estudia la forma que tiene esa alas para absorber tanta luz y se intenta imitar en los paneles solares para poder generar energía a partir de eso”, puntualiza Gigy Gregoret.
Entre la variedad de esta ciencia, también se estudia la relación que pueden tener los insectos con la producción agropecuaria a través del control de plagas o los beneficios que significan sus polinizadores: “Incluso los monocultivos necesitan de polinizadores”, detalla el entrevistado. En este sentido, la entomología sanitaria se encarga específicamente de estudiar a los insectos vectores de enfermedades como el Chagas. A esto se suman los estudios paleontológicos, poblacionales, y de comportamiento.
Los insectos pueden representar también una fuente de alimento gracias a su gran contenido proteico, ya que “es una producción muy sustentable”; o bien, resultar decisivos para el esclarecimiento de un crimen. “La entomología forense se basa en que cuando un cuerpo muere, un montón de insectos empiezan a aparecer en ese cuerpo para alimentarse. Lo que sería el ciclo natural de la materia. Por eso los insectos son importante en el reciclado de esos nutrientes. Ese saneamiento del ambiente que limpiar el ambiente de la descomposición” permite determinar en qué lugar, circunstancias y tiempo estuvo en contacto el cuerpo al morir.
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