El escritor y compañero de Jorge Julio López fue de las primeras personas en conocer su testimonio. Recordó su militancia de base y la importancia de la política para transformar la realidad.
“Uno ve a López como una circunstancia que se ha dado en todo el proceso de lucha de un pueblo”, señaló Jorge Pastor Asuaje, compañero de militancia de Jorge Julio López. En este sentido, el escritor destacó la importancia del ejercicio de la política de los trabajadores. “Hay cuestiones que tienen que ver, por un lado, con el hecho en sí, con lo ocurrido. Y después, con las reacciones que no tiene tanto que ver con el hecho en sí, sino con el devenir político. Para ser más concretos: ¿por qué luchó López y qué es lo que está pasando ahora con la lucha de López?”, expresó.
En comunicación con Radio Futura, repasó el momento de la desaparición de Julio López y resaltó que “más allá de que se pudieron haber cometido errores hay cosas que son imprevisibles -e incluso uno mismo puede criticarse un poco de no haberlo previsto- también es cierto que no era fácil preverlo ni tomar una medida”, reconoció.
“Lo que yo sí de alguna forma no perdono es que López sigue desaparecido”, apuntó y señaló que independientemente de su figura física, refiere a “que siga desaparecido de los discursos, que siga desaparecido de los actos, que siga desaparecido de un movimiento peronista, porque él literalmente dio su vida por un proyecto de país”.
Pastor Asuaje recuerda la figura de López como “el mejor ejemplo del trabajador que, genuinamente, desde el sentimiento de injusticia, entrega su tiempo, su dedicación y su vida como lo hizo él. Lo que lo llevó primero a haber estado secuestrado y desaparecido un tiempo, luego preso y finalmente otra vez desaparecido, pero habiendo tenido el coraje de denunciar y denunciar con una cantidad de detalles y de profundidad que tal vez nadie había hecho hasta ese momento”.
Jorge Julio López le entregó la redacción de sus vivencias a Jorge Pastor Asauje, años antes de brindar testimonio a la justicia. Los manuscritos sirvieron como pruebas luego de su segunda desaparición en 2006.