Ante todo, Grace es hincha de Racing. Su vida es un testimonio del camino del hincha: fue parte activa de la recuperación del predio Tita Mattiussi e integró el primer programa de fútbol conducido por mujeres en un club de primera división.
“Todos tienen su primera vez en el cilindro. No hay nadie que no haya pasado por ahí”, advirtió Grace, socia del club. Junto a 4 amigas, hinchas todas del club albiceleste, crearon en 2009 el que fue el primer programa de mujeres de un club de primera división: Locademia Femenina. Una propuesta impulsada por Mabel Murua. Debido a que ese año la tienda oficial de Racing adoptó el nombre de Locademia debieron cambiar su nombre al de Radio Locademika.
Graciela es hincha de Racing desde los 4 años gracias a un tio de Tucuman que viajaba a CABA cada vez que el club jugaba de local. Sin embargo no fue hasta que se casó que pudo hacerse socia de los colores que siguió toda la vida. En el medio debió sacar del closet la camiseta frente a una familia de otro equipo. “Estaba ahí, era mi lugar, de chica fue mi lugar y de grande cuando se enteraron mi viejos también”, remarcó en comunicación con Una Amiga imaginaria.
Cuando Grace logró asociarse entró en contacto con la vida del club. Fue a través de la recuperación del predio Tita Matiussi y la resistencia de los hinchas a su embargo, donde empezó a materializarse su militancia en el lugar de sus pasiones. “Jugábamos a la lotería para recaudar plata para el predio. Plantamos árboles, también. Hoy ves lo que es el complejo ese y decis: ‘la puta madre, como creció esto, pensar que cuando veníamos nosotros era tierra y piedra que había que sacar y había que limpiar ́. Me siento feliz porque algo hice con lo que amo, es mi pasión”, recordó Graciela.
Graciela sostiene que los clubes son de sus socios, y son estos los que hacen la diferencia independientemente de las dirigencias. El 8 de septiembre de 1999, Racing Club recuperó un terreno abandonado cercano al estadio, al cual luego de acondicionarlo se lo nombró Predio Tita Mattiussi. “Ella le lavaba las camisetas a los jugadores. También a los que venían del interior y se quedaban. Porque Racing siempre tuvo una pensión que en ese momento era chica. Que le dicen hoy en día la Casa del Hongo que alberga un montón de chicos jóvenes. Ella les daba de comer, le cocinaba a esos chicos que venían del interior, les planchaba y lavaba la poca ropa que traía y pedía donaciones para llevarle a los chicos ropa. Te imaginas que todo el mundo iba a ayudarla. Los comerciantes, los mismos hinchas. Ella y el padre fueron muy queridos y muy respetados. Esa es su casa, ella nunca se fue ni se va a ir de ahí”, recordó la hincha.