Una investigación de cientificos del CONICET demuestra que las aves de esta especie, de la que quedan menos de mil ejemplares adultos, recorren largas trayectorias en busca de comida y son perseguidas por pobladores rurales.
Por primera vez investigadores del CONICET junto a colegas del Centro Argentino de Anillado de Aves de Tucumán y de The Peregrine Fund, en Ecuador, lograron determinar el área de campeo que utilizan las águilas poma o andinas juveniles para satisfacer sus necesidades de alimentación y refugio.
"Acá es conocida como águila poma, andina llaman en Ecuador, es una especie bastante desconocida, esta restringida a la selva de las yungas en el Noroeste argentino, como otras especies vinculas al mismo sistema se ha visto amenazada por la transformación que sufrió ese ambiente en nuestro país y la perdida de hábitat", explicó Juan Manuel Grande, investigador del CONICET en el Instituto de Ciencias de la Tierra y Ambientales de La Pampa.
En charla con Los Mundos Posibles, agregó que empezaron a trabajar con esta especie en 2014, donde descubrieron el primer nido en Jujuy. "Cuando eso pasó decidimos sacarle el máximo de información, recopilar qué se sabía. Lo que utilizamos en este trabajo fueron datos de seguimiento de emisores GPS-GSM, que le colocamos a seis juveniles de la especie. De esa forma vas monitoreando los nidos, la reproducción, y cuando el pichón tiene un tamaño determinado se accede al nido y se colocan estos transmisores registran su localización según el tiempo que le determinés", describió.
Sobre el funcionamiento, detalló que "al trabajar sobre sistemas selváticos, donde hay pocas horas de luz, suele estar nublado, solo se pusieron seis horas por día, el transmisor registra seis veces la posición GPS y cada tres días, el tiempo seteando en este caso, la envía vía telefonía celular a un sistema de procesados que luego lo manda a la computadora".
Más del 50% de su hábitat, los bosques tropicales y subtropicales de los Andes que se extienden desde el norte de Colombia y Venezuela hasta el noroeste de Argentina, han sido deforestados por el avance de la frontera agrícola. El estudio se publicó en la revista Global Ecology and Conservation.
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