De apariencia similar al tiranousarios rex, es uno de los especímenes más completos que se hayan encontrado en el mundo. Cuáles eran sus principales características y el misterio sobre el tamaño de sus brazos que desvela a la ciencia.
Los restos fósiles del Meraxes Gigas fueron descubiertos en un yacimiento de la Formación Huincul cercano a Villa El Chocón, en la provincia de Neuquén, por un equipo de paleontólogos pertenecientes al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Investigadores estiman que este nuevo espécimen de terópodo -grupo de dinosaurios al que pertenecen todas las especies carnívoras- era bípedo, medía 11 metros de longitud, su cráneo tenía 1,30 del largo, pesaba unos 4200 kilogramos y vivió durante el periodo Cretácico Superior, entre 96 y 93 millones de años atrás.
“Esta nueva especie pertenece a un grupo de dinosaurios carnívoros, que alcanzaron tamaños muy grandes, de hecho se cuentan entre los más grandes registrados en el mundo, que se encuentran en América del Sur y el norte de África, y que tienen un plan corporal similar al del tiranosurio rex, a primera vista son muy parecidos porque su tamaño es gigante, miden más de 10 metros de longitud, de varias toneladas de peso, bípedos, con brazos muy cortitos y cabezas muy grandes, pero no tienen un relación de parentesco cercana sino que pertenecen a familias diferentes”, aclara Juan Ignacio Canale, del Museo Paleontológico Ernesto Bachmann de Neuquén.
Aún cuando su anuncio acaba de formalizarse a través de un articulo escrito por el propio Canale publicado recientemente en la prestigiosa revista Current biology, el descubrimiento del Meraxes Gigas se remonta al año 2012 en el marco de una campaña financiada por The National Geographic Society, la Municipalidad de Villa El Chocón, la Fundación Azara y The Field Museum, sucede que las excavaciones pertinentes para la extracción de los restos llevaron cuatro campañas anuales de entre dos y cuatro semanas cada una, debido al gran tamaño de los huesos.
El paleontólogo no sólo participó de la campaña que descubrió los restos fósiles del Meraxes Gigas sino que fue el responsable directo de dar con ellos, al visualizar una de sus vertebras sobresaliendo del suelo. Aunque no es la primera vez que se realizan hallazgos de este tipo en la región, Canale destaca que “no habíamos encontrado un ejemplar tan completo, con los brazos y patas completas, eso nos dio mucha información acerca de patrones evolutivos que pudimos encontrar, en esta especie dinosaurios carnívoros existe una tendencia al aumento corporal y acortamiento de los brazos, eso mismo se observa en los tiranosaurios de América del Norte, en este caso particular encontramos parte del esqueleto con una preservación muy buena, y no es algo común”.
A la hora de especificar cuál es el abordaje que tendrá la investigación posterior de los restos del Meraxes Gigas, el entrevistado explica que se tratara de enfocarla en el proceso evolutivo de la especie, con un particular interés puesto en la corta extensión de los brazos, sobre los cuales hipotetiza que “se trata de un subproducto de la evolución a tener mayor tamaño corporal y cráneos más grandes, en estas formas depredadoras, todas las acciones que tenían que realizar para alimentarse, o sea, tomar una presa, sostenerla y matarla, lo harían directamente con el cráneo, y esos brazos cortitos pasarían a cumplir otras funciones”.
“Se ha planteado que los brazos eran inútiles, no concuerdo con eso porque más allá de ser cortitos estaban compuestos de huesos muy robustos e inserción muscular muy desarrollada y eso no se condice con una extremidad que no tiene función, seguramente no esté relacionado con la depredación sino con otras cuestiones, como por ejemplo ayudarse a levantarse cuando el animal estaba echado en el suelo o que se utilizaban para sostenerse sobre la hembra para el momento de la copula”, aventura Canale al cierre de esta entrevista.
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