De qué están hechos, cómo se los estudia y cuántas probabilidades reales existen de que uno impacte sobre la Tierra y desate la catástrofe. Una científica platense despeja las dudas sembradas por el relato hollywoodense.
La astronomía define a los asteroides como pequeños cuerpos celestes de un tamaño menor al de un planeta que forman parte del sistema solar, la mayoría de ellos orbitan en algún lugar entre Marte y Júpiter e integran lo que se conoce como cinturón de asteroides
“Pueden ser rocosos, metálicos, contener hielo, incluso hielo de agua, los que se escapan del cinturón pueden cruzanr la órbita de la Tierra son los que, eventualmente, podrían impactar en algún momento”, señala Romina Di Sisto, investigadora del CONICET en el Instituto de Astrofísica de la Universidad Nacional de La Plata.
Según lo explica Di Sisto, la astronomía se basa en el estudio de la luz que emiten o reflejan los cuerpos celestes que orbitan en el espacio, al estudiar la luz que reflejan los asteroides se puede inducir de qué material están formados: “Cuando un asteroide ingresa a la Tierra y llega a la superficie sólo queda el meteorito, que es un fragmento del asteroide, a partir de ahí lo podemos estudiar en el laboratorio y descubrir los rastros de los procesos químicos que los formaron”.
El 30 de junio de 1908 un asteroide cuya dimensión se calcula en poco más de cincuenta metros se desintegró al ingresar en la atmósfera baja de la Tierra, a pocos kilómetros del suelo, devastando un área de más de dos mil kilómetros cuadrados en el territorio de Tunguska, Rusia. Desde 2016 se conmemora el Día Internacional de los Asteroides para recordar la importancia de su estudio y la toma de conciencia sobre su existencia.
Para nuestra tranquilidad, Di Sisto dice que los cuerpos celestes que orbitan en el sistema solar están siendo monitoreados de manera constante: “Hay una red de telescopios y programas de observación que permanentemente buscan nuevos objetos y siguen a los que se conocen, para mejorarles la órbita, porque la trayectoria de un objeto en el sistema solar no se la puede conocer con precisión ya que sus movimientos son perturbados por los demás planetas y objetos, es una red que está en todo el mundo a la que contribuyen hasta incluso astrónomos aficionados”.
Al momento de traer calma frente a la pregunta por un asteroide impactando en la Tierra, como lo propone la película Don´t look up (2021), la astrónoma asegura que “diariamente recibimos material del espacio, lo que pasa es que la atmósfera los desintegra, es mucho más frecuente encontrar un objeto pequeño que grande, y los grandes que pueden llegar y no desintegrarse en la atmósfera son infrecuentes, un evento como el de Tunguska puede suceder cada 1500 años, y son cosas que ahora se pueden prevenir además hay muchas probabilidades de que ingrese antes al océano que a la tierra”.
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